El Ejército brasileño realizó una serie de actividades de volumen nunca antes visto en cuanto a simulacros de guerra y utilizó el territorio del Amazonas, una región de alta sensibilidad en este momento por la tensión que mantiene el gobierno encabezado por Jair Bolsonaro con el régimen de Nicolás Maduro.
Por Infobae
La nueva Política Nacional de Defensa de Brasil, revelada en julio pasado, considera que la región dejó de estar libre de posibles conflictos bélicos y, por esa razón, el Ejército de ese país se prepara para intervenir en la “solución” de problemas regionales, así como en la defensa de los intereses brasileños en la selva amazónica y el litoral atlántico.
La última edición del Libro Blanco de la Defensa de cuenta de un giro en la política de seguridad exterior de Brasil. “No se pude dejar de considerar tensiones y crisis en el entorno estratégico, con posibles desdoblamientos para Brasil, de modo que el país podrá verse motivado a contribuir a la solución de eventuales controversias o a defender sus intereses”, manifiesta.
En línea con estas recomendaciones, el Ejército brasileño realizó ejercicios militares en la frontera con Venezuela, en lo que la prensa de ese país llama “una operación sin precedentes”.
De acuerdo a lo que consigna el periódico O Globo, se decidió crear un “campo de guerra” en el que un supuesto país “Rojo” invadió una nación “Azul”, y fue necesario expulsar a los invasores. Al realizarse en la frontera con Venezuela, la nación petrolera sería la “invasora”, mientras que el gigante sudamericano tendía que defenderse y expulsarlos.
“Operación Amazonas”
La prensa brasileña subraya que el ejercicio tuvo lugar en un momento de tensión con el régimen de Nicolás Maduro, dado que “prácticamente al mismo tiempo” en que se hacían esos movimientos, el Ejecutivo de Jair Bolsonaro decidió retirar las credenciales entregadas a los diplomáticos del chavismo que trabajan en su país.
El diario citado informó que la operación involucró a 3.600 militares y se concentró en las ciudades de Manacapuru, Moura y Novo Airão, en Amazonas, en un radio de 100 a 300 kilómetros de Manaos. Además, detalló que ocurrió entre el 8 y el 22 de septiembre pasado.
La “Operación Amazonas” incluyó el lanzamiento de cohetes con un alcance de 80 kilómetros a través de los nuevos lanzacohetes múltiples Astros Mk6, de fabricación local. “Dentro de la situación creada y con los medios otorgados, fue la primera vez que se realizó este tipo de operación”, reconoció el Ejército.
Y agregó: “Se utilizaron diversos medios militares, como vehículos, aviones, helicópteros, embarcaciones regionales, piezas de artillería, el sistema de lanzamiento de cohetes Astros de la artillería del Ejército, cañones, ametralladoras, morteros y camiones”.
Otro dato que destaca la prensa brasileña es que en otras oportunidades se habían realizado simulaciones de conflicto y adiestramiento de personal militar, pero a menor escala, sin el uso de todo ese equipamiento y sin una articulación tan importante entre el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.
Qué dice el Libro Blanco de la Defensa de Brasil
El manual define cuáles son los temas y conflictos por los que se puede ordenar la movilización de tropas, tanto dentro como fuera del país.
Entre estos, su nueva versión incluye la actual pandemia de coronavirus y la devastación en la Amazonia por acción de la agricultura intensiva, la tala ilegal y la minería, un tema por el cual la nación está siendo cuestionada por inversores extranjeros.
Según el texto, la actualización de los lineamientos de Defensa no cita potenciales países adversarios pero observa que habrá “tensiones y crisis” en la región sudamericana, donde Brasil tiene el Ejército más numeroso.
La excepción es Venezuela, que es señalado como el punto más crítico de la región.
La hipótesis de conflicto con Venezuela resurgió en 2019 cuando Brasil participó con Colombia en un intento de ingreso forzoso de alimentos a suelo venezolano a través de zonas fronterizas, en el marco de una acción auspiciada por Estados Unidos y otros países contra el régimen de Nicolás Maduro, a raíz de la grave situación económica de la nación petrolera caribeña.
Además, desde la frontera sur venezolana salieron miles de ciudadanos para instalarse en el estado brasileño de Roraima, en una operación organizada en 2018 y 2019.
El ministro de Defensa, el general Fernando Azevedo e Silva, el primer militar en el cargo desde el fin de la Dictadura en 1985, afirmó que el plan no es más que la actualización de una política de Estado y que fue revisado por Bolsonaro.
El documento destaca el aporte del Ejército en el operativo sanitario para afrontar la pandemia de coronavirus como la mayor movilización de fuerzas militares en Brasil desde la Segunda Guerra Mundial, cuando ese país se sumó a los Aliados aportando 25.800 soldados, aunque solo una pequeña porción entró efectivamente en combate en el norte de Italia.
Ahora, en el escenario de pandemia, la movilización supera los 34.000 soldados brasileños, precisa el informe.
En otro orden. el documento sugiere mayor presencia de la Marina en la costa atlántica norte, en el estado de Pará, con el doble propósito de vigilar la distribución de la producción agrícola del centro del país y controlar los delitos ambientales en la región amazónica, en el entorno de la ciudad capital de Belém.
También mantiene la atención militar, heredada del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da SIlva (2003-2010), sobre la zona que los militares brasileños llaman la Amazonia Azul, las riquezas estratégicas de los 8.000 kilómetros de costa atlántica, donde se encuentran los megayacimientos petroleros submarinos.
Por último, advierte sobre la preparación de respuestas contra “intereses extranjeros” en la selva amazónica, la mayor reserva de agua y de biodiversidad del mundo, el 60% de la cual pertenece a Brasil.