Solicitantes de asilo que han esperado por meses en México sus audiencias en tribunales de Estados Unidos expresaron un cauto optimismo de que la Corte Suprema de ese país podría revocar un severo programa de inmigración que ha dejado a miles de personas varadas en peligrosas ciudades fronterizas.
La Corte Suprema estadounidense dijo el lunes que escucharía una apelación a un fallo de un tribunal inferior que encontró que la política de “permanecer en México” del Gobierno del presidente Donald Trump probablemente violaba la ley federal de inmigración.
“Para mí personalmente es una buena noticia ya que llevamos mucho tiempo aquí sin ninguna esperanza”, dijo la nicaragüense Rinaldy Olivas, quien quiere seguir con su solicitud de asilo desde territorio estadounidense, como era costumbre antes del cambio de política de Trump.
Olivas dijo que huyó de Nicaragua tras enfrentar amenazas y persecución política por negarse a asistir a marchas progubernamentales en medio de la crisis política en la nación centroamericana en 2018 y apoyó su caso con declaraciones juradas y firmadas que fueron revisadas por Reuters.
La migrante nicaragüense lleva más de un año viviendo en un albergue con su hija de 10 años en la violenta ciudad de Nuevo Laredo mientras se procesa el caso.
Más de 66,000 personas han sido enviadas a México mientras esperan sus procedimientos de inmigración bajo el programa, según el Departamento de Seguridad Nacional, aunque la falta de un techo y la violencia en las ciudades fronterizas han empujado a muchos a regresar a casa.
Si la Corte Suprema de tendencia conservadora no detiene el programa, algunos afectados fijan su esperanza en la elección presidencial del 3 de noviembre. El candidato demócrata Joe Biden dijo que terminaría con él en su primer día en el cargo, si es elegido.
“Las propuestas de Biden son muy alentadoras para nosotros”, dijo el solicitante de asilo salvadoreño Gustavo, quien no quiso revelar su apellido. Agregó que había sido asaltado mientras esperaba en Tijuana con su esposa, dos hijos y su cuñada durante un año y medio.
Reuters