Conocida como mutaciones somáticas en UBA1 y enfermedad autoinflamatoria grave de inicio en el adulto revela que los diagnosticados con el nuevo síndrome tienen síntomas que incluyen fiebre, coágulos de sangre e inflamación del cartílago, del tejido pulmonar y de vasos sanguíneos.
Con información de Nejm y RT
Traducción libre de lapatilla.com
La investigación señala que los diagnosticados con el nuevo síndrome, causado por mutaciones genéticas, tienen una afección autoinflamatoria, con síntomas que incluyen fiebre, coágulos de sangre e inflamación del cartílago, del tejido pulmonar y de vasos sanguíneos. Cabe señalar que cuando los vasos sanguíneos se inflaman, pueden afectar los órganos vitales del cuerpo.
“Estos pacientes están realmente enfermos. No responden a ningún tratamiento, desde altas dosis de esteroides hasta varias quimioterapias”, explicó Dan Kastner, autor principal del estudio, agregando que muchos han pasado años yendo de médico en médico en busca de respuestas. “Es increíblemente frustrante para esos pacientes y aterrador para sus familias”.
En tales pacientes, se desarrolla un síndrome inflamatorio refractario al tratamiento, a menudo fatal, al final de la edad adulta, con fiebre, citopenias, vacuolas características en las células precursoras mieloides y eritroides, médula ósea displásica, inflamación neutrofílica cutánea y pulmonar, condritis y vasculitis.
La mayoría de estos 25 pacientes cumplían los criterios clínicos de un síndrome inflamatorio (policondritis recidivante, síndrome de Sweet, poliarteritis nodosa o arteritis de células gigantes) o una afección hematológica (síndrome mielodisplásico o mieloma múltiple) o ambos.
Se encontraron mutaciones en más de la mitad de las células madre hematopoyéticas, incluidas las células mieloides de sangre periférica, pero no los linfocitos ni los fibroblastos.
Las mutaciones que afectan dieron como resultado la pérdida de la isoforma citoplásmica canónica de UBA1 y la expresión de una novela, isoforma catalíticamente deteriorada iniciada en p.Met67. Las células de sangre periférica mutantes mostraron una ubiquitilación disminuida y vías inmunes innatas activadas. La eliminación del homólogo de la isoforma citoplasmática UBA1 en el pez cebra causó inflamación sistémica.