Fotos Históricas es una serie de post temáticos sobre impactantes imágenes y la historia detrás de las mismas, sus autores y las situaciones que llevaron a lograrlas.
Nuestro tercer post está dedicado a una desgarradora y polémica imagen de la historia de la fotografía titulada “Niño hambriento y buitre”, realizada por Kevin Carter en 1993.
Kevin Carter conocía el hedor de la muerte. Como miembro del Bang-Bang Club, un cuarteto de valientes fotógrafos que narraban la Sudáfrica de la era del apartheid, había visto más angustia de la que le correspondía.
En 1993 voló a Sudán para fotografiar la hambruna que asolaba esa tierra. Agotado después de un día de tomar fotografías en el pueblo de Ayod, se dirigió al bosque abierto.
Allí escuchó gemidos y se encontró con un niño demacrado que se había derrumbado camino a un centro de alimentación. Mientras tomaba la foto del niño, un buitre regordete aterrizó cerca.
Según los informes, a Carter le habían aconsejado que no tocara a las víctimas debido a una enfermedad, por lo que en lugar de ayudar, pasó 20 minutos esperando con la esperanza de que el ave acechadora abriera las alas. No lo hizo.
Carter asustó a la criatura y vio como el niño continuaba hacia el centro. Luego encendió un cigarrillo, habló con Dios y lloró.
Después del obturador…
El New York Times publicó la foto y los lectores estaban ansiosos por saber qué le sucedió al niño y por criticar a Carter por no acudir en ayuda de su sujeto. Su imagen se convirtió rápidamente en un caso de estudio desgarrador en el debate sobre cuándo deberían intervenir los fotógrafos.
Investigaciones posteriores parecieron revelar que el niño sobrevivió pero murió 14 años después de la fiebre de la malaria.
Carter ganó un Pulitzer por su imagen, pero la oscuridad de ese día brillante nunca se apartó de él.
En julio de 1994 se quitó la vida y escribió: “Me atormentan los vívidos recuerdos de asesinatos, cadáveres, ira y dolor”.
Fuente: Years In Photos