El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que el martes rehusó admitir la derrota de Donald Trump, visitará desde este fin de semana a varios aliados de Washington en Europa y Medio Oriente que saludaron la elección de Joe Biden.
Pompeo viajará el viernes a Francia y luego se dirigirá a Turquía, Georgia, Jerusalén, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Catar.
En una conferencia de prensa, Pompeo dijo el martes que quiere hablar sobre los “históricos esfuerzos” hechos por el gobierno de Trump “para favorecer la paz y la cooperación en Medio Oriente”.
Esta gira tiene riesgos diplomáticos. La mayoría de los países que lo esperan no demoraron mucho en felicitar al demócrata Joe Biden por su victoria en las elecciones presidenciales.
En París, el presidente Emmanuel Macron se expresó el sábado en ese sentido y este martes dialogó telefónicamente con Biden.
Lo mismo ocurre con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y con los líderes saudíes. Igualmente, con el presidente turco, Recep Tayyip Ergogan, quien esperó hasta este martes para enviar un mensaje a Biden abogando por el “fortalecimiento de los lazos bilaterales” y, a la vez, agradeció a Trump por su “cálida amistad”.
Pompeo, sin embargo, mantiene la misma posición de Trump de no reconocer el triunfo de Biden y denunciar “masivos fraudes” electorales pero sin presentar pruebas.
En la rueda de prensa, Pompeo prometió, sin embargo, una “transición sin problemas” hacia “una segunda administración” de Trump.
En su viaje, Pompeo enfrentará las tensiones entre Francia y Turquía, dos aliados de Washington en la OTAN.
Las tensiones vinculadas a los desacuerdos sobre Siria, Libia y el Mediterráneo oriental se han intensificado desde fines de octubre. Erdogan llamó a boicotear productos franceses y acusó a Macron de “islamófobo” por haber defendido el derecho a caricaturizar al profeta Mahoma.
El gobierno de Trump, que mantiene una real proximidad con Ankara pese a las críticas de países occidentales, se cuidó de tomar posición en esas disputas.
Estados Unidos tiene sus propias disputas con Turquía, empezando por la compra por parte de Ankara de un sistema de misiles rusos que potencialmente le puede costar sanciones que Washington demora en imponer
AFP