Los colegios electorales comenzaron a abrir este domingo sus puertas a las 7:00 horas (10:00 GMT) en la mayoría de Brasil para los comicios en los que se elegirán los alcaldes y concejales de 5.569 municipios para los próximos cuatro años.
Casi 148 millones de brasileños han sido convocados de forma obligatoria para estas elecciones que se celebran en todo el territorio brasileño menos en la capital Brasilia, que está regida por un gobernador en lugar de un alcalde, y el archipiélago de Fernando de Noronha (noreste), que carece de autonomía política.
Tampoco habrá comicios en Macapá, capital del estado amazónico de Amapá -uno de los menos poblados de la federación-, donde los problemas con el abastecimiento eléctrico han provocado un aplazamiento.
Las elecciones de este domingo, que cuentan con una segunda vuelta el 29 de noviembre para los candidatos que no logren la mayoría suficiente, deberían haberse celebrado en octubre, pero las autoridades electorales las postergaron por la pandemia.
Aunque la incidencia ha remitido desde septiembre, la COVID-19 ya ha dejado en Brasil más de 165.000 muertos y casi 6 millones de contagios, convirtiendo al gigante sudamericano en uno de los focos globales de la enfermedad.
La apertura de los colegios electorales se adelantó una hora por determinación del Tribunal Superior Electoral, que decidió dar prioridad a las personas de más de 60 años en la primera franja horaria (7 a 10 horas), como medida de prevención de la COVID-19.
En los estados amazónicos y en los del oeste, que tienen un huso horario diferente, las votaciones comienzan una hora más tarde con respecto a los estados del litoral, donde se concentra la mayor parte de la población del país.
Allí, en las conurbaciones de Sao Paulo -el mayor censo electoral con casi 9 millones- o Río de Janeiro – el segundo con casi 5 millones-, había filas de votantes antes de la apertura de los colegios.
Además de obligatorio, el voto en Brasil es a través de urna electrónica, un modalidad que el país practica de forma generalizada hace casi dos décadas y considerado confiable y seguro por autoridades y observadores.
Las municipales serán las primeras elecciones que se celebren en Brasil desde las presidenciales de octubre de 2018, en las que por primera vez en la historia del país llegó al poder la ultraderecha de la mano del actual presidente Jair Bolsonaro.
Bolsonaro ha apoyado públicamente a algunos candidatos en las grandes capitales del país, pero las encuestas les vaticinan malos resultados.
Los sondeos auguran victorias de partidos de centro y centroderecha en Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte.
EFE