La violenta pérdida de liderazgo de Nicolás Maduro, no solo ante la voraz crisis económica, social y política del país, sino en la disolución del Gran Polo Patriótico, cuyo soporte es el partido de Gobierno, desplegó una acción de consulta en los sitios considerados votos duros del chavismo: la Misión Vivienda, el programa para proporcionar residencias a personas que viven en condiciones precarias lanzado por Hugo Chávez en 2011.
Sebastiana Barráez || INFOBAE
Lo destacable de eso son las consultas que le hacen a quienes habitan en dichas casas o apartamentos, donde a la pregunta “¿Qué es Maduro para usted?” se encuentran como posibles respuestas las opciones “salvador”, “predestinado” y “estratega”, entre otras.
Una de las políticas desarrolladas con las viviendas de esa Misión es que se han venido asegurando de incluir en ella solo a quienes se sientan comprometidos con la Revolución chavista; sin embargo, muchos descubrieron con amargura que en realidad no solo no son dueños de esas viviendas, sino que para quedarse en ellas tampoco pueden ser dueños de tener pensamiento libre.
Desde hace tiempo se inició la acción de desalojar a gran cantidad de personas, que entraron en listas negras por criticar al Gobierno, por participar en alguna protesta reclamando servicios públicos o alimentos, incluso por no votar en comisiones que Nicolás Maduro ha impuesto, primero con las elecciones para la Asamblea Constituyente en 2017, después para las presidenciales del 2018, ambas sin cumplir con parámetro legal ni legítimo.
“Tuve que irme para Colombia a trabajar, para no morir de hambre”, relata Elena, una mujer de Barquisimeto, a Infobae. “La pandemia complicó todo y no pude regresar a tiempo y me quitaron el apartamento, soldaron la reja para que no tuviera acceso y le pegaron un papel del Ministerio de la Vivienda. La única explicación que me dieron es que esa vivienda ya se la habían asignado a otra persona, porque yo no lo estaba ocupando”.
Consultada sobre por qué no notificó la imposibilidad de regresar por la situación especial y las medidas sanitarias, la mujer dijo que le dio “un poder a un familiar mío para que se presentara a la oficina del Ministerio de la Vivienda en Barquisimeto, para que expusiera la situación, aunque se hizo todo eso, me lo quitaron. Era la única vivienda que yo tenía. Y aquí en Colombia vivo en la habitación de una pensión, trabajando duro para sobrevivir. Cuando pueda regresar no tendré dónde vivir”, dijo con pesar Elena.
Como ese caso hay cientos, miles en todo el país. Quizá Elena no lo sabe, pero ella sólo cuenta para la Misión en la medida en que signifique un voto qué trasladar, un recurso humano qué utilizar. Su situación económica y su drama familiar no le importan al funcionario que decidió dejarla sin vivienda, como si haber salido del departamento que ocupaba para irse a una habitación de un barrio de Colombia solo hubiese sido un capricho.
La encuesta
En la parte superior solo se lee: Tipología Social. Es una modalidad que considera a los integrantes de las estructuras del partido de gobierno con la obligación de responder cualquier cosa, sin el mínimo respeto por explicarlo.
Es casi risible la manera tendenciosa en que se formularon algunas preguntas, como la Nr. 41: “Luego del sabotaje al sistema eléctrico, usted considera que dichos servicios han: mejorado progresivamente, están igual que antes, desmejoraron, están peor”.
Una que debía llamarse ingenua. La Nr 43: “¿Usted efectúa alguna actividad adicional para completar el salario?”.
La pregunta 42 llama la atención por la fecha a la que hace referencia: “Las sanciones aplicada s Venezuela y sus funcionarios desde el 2013: a) violan la soberanía venezolana y son contrarias al derecho internacional. b) son necesaria y legales”.
La 47: “¿Reconoce la Junta Directiva de la Asamblea Nacional, presidida por Luis Parra, electo el 5 de enero?”. Esta pregunta en particular es para reflexionar porque a Parra el único que lo reconoció fue el Gobierno y cuando no sirvió para contrarrestar la presidida por Juan Guaidó, ya no lo consideraron ni para ocupar la oficina del palacio Federal.
La moneda de la revolución llamada El Petro, cuyo uso no es nada común en Venezuela, ni siquiera después de quedar pulverizado el bolívar. Las monedas de comercio son mayoritariamente el dólar y en la frontera con Colombia es el peso. Aun así, la pregunta 52 de la encuesta es: “¿Qué tanto confía usted en el petro como instrumento del Programa de Recuperación Económica?”.
En la 48 se pregunta: “En acuerdo o desacuerdo que se exija a EEUU, Canadá, Inglaterra y la Unión Europea: desbloquear inmediatamente a Venezuela, respetar la libre determinación del pueblo venezolano, declarar que las medidas impuestas con una violación de los derechos humanos del pueblo de Venezuela, declarar como crimen de lesa humanidad el bloqueo contra Venezuela y tomar acciones jurídicas contra los venezolanos que promueven el bloqueo”.
Ese último ítem llama la atención porque es una manipulación evidente de lo que se le ha impuesto a una cantidad de venezolanos, con razón o no, pero que han abogado por sanciones e incluso por intervención humanitaria internacional.
A propósito del tema es importante destacar la pregunta 46: “¿Estaría usted de acuerdo con las siguientes situaciones? La injerencia de los EEUU en los asuntos del país; Con una intervención militar en Venezuela por Colombia, EEUU y otros países; Los venezolanos que promueven el bloqueo deben ser tratados como traidores a la patria”.
Los líderes
La pregunta 76 definitivamente fue elaborada con perversidad: “Revise las siguientes situaciones y díganos qué tan de acuerdo está con cada una de ellas: 1. Con el sobrevuelo de aviones espías de EEUU en espacio aéreo venezolano; 2. Libre dolarización del país; 3. Que EEUU siga tratando de limitar las acciones del gobierno del presidente Nicolás Maduro para la recuperación del país; 4. Con el bloqueo de barcos de alimentos y medicamentos que vienen a Venezuela; 5. Que sectores y personajes de la Oposición estén llamando a una invasión militar extranjera; 6. Que EEUU elabore y difunda noticias falsas buscando invadir Venezuela.
También es interesante ver la lista de los dirigentes a quienes le piden a los encuestados valorar, en la pregunta 77: Ramos Allup, Borges, Claudio Fermín, presidente Maduro, Diosdado Cabello, Leopoldo López, Henry Falcón, Tania Días, Juan Guaidó, Delcy Rodríguez, Bertucci, Cilia Flores, Juan Barreto, Manuel Rosales y Jorge Rodríguez.
En la pregunta 79 se consulta: “¿Qué es Maduro para usted?”. Las opciones son: un líder, un amigo, un padre, un político, un presidente, un salvador, un hombre, un predestinado, un radical o un estratega.
Pregunta 81: “Usted cree que el presidente Nicolás Maduro es: demócrata, honesto, humilde, intolerante, vanidoso, trabajador, deshonesto, solidario”.
Por supuesto no faltó la pregunta electoral, en el número. 80: “Si las elecciones para elegir los diputados a la Asamblea Nacional fuesen mañana, por quién votaría usted: A) Psuv/GPP, B) Alianza de AD, Copei, Avanzada Progresista (Falcón), Cambiemos (Timoteo Zambrano) y El Cambio (Bertucci). C) Soluciones para Venezuela (Claudio Fermín). D) Otras organizaciones políticas nacionales y regionales”.
Muchos de los que responden esa encuesta lo van a hacer mediatizados por el temor a que si responden con un criterio que no le guste al PSUV o al Gobierno corren el riesgo de perder la vivienda, incluso la bolsa de comida o ser tratados como traidores a la patria.