Es una combinación ideal para la era del COVID-19: un músico que no puede tocar para una audiencia en vivo y museos suntuosos que no pueden recibir visitantes. La chelista Camille Thomas los ha unido para crear lo que espera sea un bálsamo para tiempos difíciles.
Thomas está realizando una serie de interpretaciones solistas de obras clásicas en el interior de museos desiertos de París y sus alrededores. Los conciertos son filmados y publicados en internet.
Durante la pandemia, ha tocado en el Palacio de Versalles, en el Instituto del Mundo Árabe y tiene planeado hacerlo la semana próxima en el Grand Palais, un enorme espacio de exhibición ubicado cerca de los Campos Elíseos.
Todos los lugares están cerrados debido a las restricciones impuestas en Francia para contener la propagación del COVID-19.
Un video de YouTube de su interpretación en el Museo de Arte Decorativo de París en octubre fue visto 36.575 veces hasta el viernes.
“Quería simbolizar con estas imágenes la soledad de los músicos sin público, de los museos sin visitantes”, dijo Thomas.
La chelista habló esta semana en una sala del Museo de Arte Decorativo, donde tocó el Kaddish, una pieza escrita por el compositor francés del siglo XX Maurice Ravel.
“Por supuesto la gente necesita cuidado de la salud en este tiempo de pandemia, pero también necesita cuidado para el alma”, dijo Thomas, de 32 años, quien tiene contrato con un sello de música clásica.
“Creo que el arte y la música son sanadoras y que es esencial (…) sentirlas, después de esta época difícil, toda esta belleza está esperando, sigue estando allí y vale la pena luchar por ella”, concluyó.
Reuters