Anoche, Diego Antonio Molina, el funebrero que se fotografió junto al cuerpo de Diego Maradona, se presentó en la Comisaría Vecinal 15A, en el barrio porteño de Chacarita, y fue notificado de la causa que se inició en su contra por el repudiable hecho, al igual que ocurrió ayer con los otros dos ex empleados que también se retrataron junto al cajón abierto.
Por infobae.com
Según informaron fuentes policiales a Infobae, Molina apareció junto a su abogada defensora en la dependencia policial pocos minutos después de la medianoche. La Policía de la Ciudad lo había ido a buscar a su casa de Villa General Mitre un rato antes, pero no lo encontró.
Una vez en la comisaría, al hombre le tomaron los datos filiatorios y teléfonos de contacto, tal cual se dispuso desde la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Nº 25, a cargo del doctor Roberto Maragliano. Tras ello, se retiró a su casa.
El rostro de Molina cobró relevancia después de que el abogado Matías Morla diera a conocer su identidad en redes sociales. “Es el canalla que se sacó una foto junto al féretro de Diego Maradona. Por la memoria de mi amigo no voy a descansar hasta que pague semejante aberración”, prometió el letrado que representaba al astro del fútbol argentino.
Luego de la viralización de las imágenes, el Cuerpo de Investigaciones Judiciales y la Fiscalía Contravencional Nº 25 iniciaron una investigación de oficio por el delito contemplado en el artículo 70 Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, por profanar un cadáver.
En ese marco, la policía porteña realizó ayer tres allanamientos: uno en el lugar en el que se preparó el cuerpo, otro en la cochería y el restante en la casa de uno de los empleados que posó para las fotos junto a su hijo. Se trata de Claudio Ismael Fernández, de 48 años, y de Sebastián Ismael Fernández, su hijo de 18.
Durante los procedimientos se secuestraron tres teléfonos celulares, una netbook, un pen drive y camisas compatibles al momento que se efectuaron las fotografías.
Claudio Fernández y su hijo fueron trasladados a una comisaría para ser notificados de la contravención. Tampoco quedaron detenidos.
El artículo 70 establece que “quien inhuma o exhuma clandestinamente o profana un cadáver humano, viola un sepulcro o sustrae y dispersa restos o cenizas será sancionado con cuatrocientos ($400) a cuatro mil ($4.000) pesos de multa o dos (2) a diez (10) días de arresto“.
Tanto los Fernández como Molina fueron echados de sus trabajos. Molina además fue expulsado como socio del club Argentinos Juniors.
En medio del repudio generalizado, Claudio Fernández salió a defenderse y pidió disculpas: “Estábamos acomodándolo antes de llevarlo y me dicen ‘¡flaco!’, y mi hijo –como todo pibe– levantó el pulgar, y sacaron la foto. Pido respeto y perdón a todos. Yo le hice el servicio al papá de Maradona, al cuñado, y jamás hice esto. Estuve con Maradona cerca en vida. No lo hice en vida sabiendo que es mi ídolo, no lo voy a hacer de fallecido”, dijo en diálogo con Radio 10.
“Sé que mucha gente se ha ofendido, que lo han tomado mal, sé que molestó. Soy de las personas que no piensan en sacar fotos a los féretros o a los fallecidos. No fue mi intención”, agregó.
Claudio argumentó que la imagen que se viralizó no fue sacada con su celular, y que ni él ni su hijo posaron de manera intencional. “No fue sacada de mi teléfono, la sacaron de otro. Eso es lo peor de todo. Jamás pensé que lo iban a subir, pasar a un grupo o viralizarlo. Por eso pido disculpas a la familia Maradona”, señaló.
Al ser consultado sobre qué estaba pensando cuando le sacaron la foto, Claudio aseguró que lo tomaron por sorpresa. “En ese momento… eran los nervios de que quede bien Maradona, porque se lo llevaban a la Casa Rosada y lo iban a ver Dalma, Gianinna, Claudia y los más íntimos. Si ven la foto –yo soy el de anteojos–, justo levanté la cabeza porque me dijeron ‘¡flaco!’, y mi hijo levantó el pulgar, nada más. Fue algo instantáneo. Lo que más quería era dejar un ídolo en condiciones para que la familia se pueda despedir”, explicó.
El hombre reveló que desde que se viralizaron las imágenes no para de recibir amenazas telefónicas. “Nos dicen que nos van a matar, que nos van a romper la camioneta, que mis hijos…”, contó. Por tal motivo, más temprano se presentó en la Comisaría Vecinal 6A. Se dispuso una consigna dinámica por 48 horas.