El investigador británico Ken Dark recopiló más de 100 años de investigaciones en la zona donde fue identificada la construcción en Nazaret del Siglo I, realizada con un excelente conocimiento del trabajo de la piedra y atribuida a José, que en la Biblia es descripto como un artesano
Más de un siglo de excavaciones arqueológicas en el Convento de las Hermanas de Nazaret, en Israel, habrían arrojado pruebas certeras del hogar donde Jesús vivió su infancia junto a María y José.
El investigador británico Ken Dark, profesor de la Universidad de Reading, publicó un libro que describe la historia del trabajo arqueológico en este convento y señaló, como gran avance de la investigación, el descubrimiento de evidencias de una casa de piedra tallada en una ladera rocosa con muchas probabilidades de que haya pertenecido a la familia de Jesucristo.
Dark, un arqueólogo con una carrera de 30 años que ha trabajado en excavaciones en este sitio de Nazaret desde 2004, explicó que la evidencia está basada en el esfuerzo humano para dar forma a las piedras y utilizarlas como bloques para construir una vivienda. El libro, titulado “El Convento de las Hermanas de Nazaret” y citado por la revista Popular Mechanics, compara esa construcción con otras capas antes descubiertas de iglesias y estructuras levantadas años más tarde.
Los estilos de diferentes épocas de constructores pueden ayudar a los investigadores a separar qué fragmentos de la excavación pertenecen a qué siglo aproximado. Y así fue que Dark y otros arqueólogos fueron capaces de identificar una estructura que sería de la época de la vida de Jesús, hace 21 siglos.
Dark recordó que estas ruinas fueron sugeridas por primera vez como el hogar de Jesús, María y José en el siglo XIX pero la idea fue descartada por los arqueólogos en la década de 1930. Y que el sitio permaneció casi olvidado desde entonces hasta que él lanzó un proyecto en 2006 para volver a investigarlo. “Pero no fui a Nazaret para encontrar la casa de Jesús; en realidad estaba haciendo un estudio de la historia de la ciudad como un centro de peregrinaje cristiano bizantino. Y nadie podría haberse sorprendido más que yo”, afirmó, según publicó la BBC.
La investigación de Dark señaló que la vivienda está situada bajo una iglesia de la era bizantina, que a su vez se encuentra bajo el Convento de las Hermanas de Nazaret. “Sabemos por la evidencia escrita que esta iglesia del período bizantino había sido construida en el sitio de la casa de Jesús y la vivienda estaba conservada en su cripta”, explicó. Y agregó: “Es casi seguro que se trata de la Iglesia de la Nutrición, que fue dedicada a la crianza de Cristo, y mencionada en el relato de un peregrino del siglo VII”.
Y el profesor británico señaló que su estudio identifica la casa como del Siglo I y que quien la construyó tenía un excelente conocimiento del trabajo de la piedra, cualidad esperada de alguien que habría sido llamado tekton, la antigua palabra para artesano que se usaba para referirse a José en la Biblia.
En conclusión, Dark sostiene que, aunque todos estos factores no demuestran definitivamente que fuera la casa de Jesús, “esto es lo más cerca que probablemente se llegará a estar de poder decir que lo fue”.
Otros hallazgos bíblicos
El libro de Dark no es la única gran revelación arqueológica del año en la región. En agosto el especialista de la Universidad de Nebraska, profesor Rami Arav, aseguró que, luego de más de 30 años de investigación en el área en busca de la ciudad bíblica de Betsaida, había podido determinar su ubicación en el sitio arqueológico de Et-Tell, a orillas del río Jordán.
En sus excavaciones, el equipo de arqueólogos pudo desenterrar fortificaciones monumentales, almacenes de alimentos y la puerta de la ciudad; vestigios todos que datan de la Edad de Hierro.
En opinión de Rami Arav, esas ruinas pertenecen a la capital del reino de Geshur, más tarde Betsaida. El lugar ya aparece mencionado en el Libro de Josué -Antiguo Testamento- como una de las ciudades que rodean el Mar de Galilea (o Lago de Tiberíades), con el nombre de Zer o Tzed, que sería la denominación original de la antigua ciudad y que significa cacería y también pesca en hebreo, y de la cual derivó luego el nombre Betsaida, ciudad de pescadores.
Mientras que en noviembre arqueólogos descubrieron una iglesia que, creen, podría haber sido en la que Jesús de Nazaret curó a la “mujer sangrante”. La casa de oración también habría sido un lugar de adoración por los primeros cristianos.
Según expertos de la Universidad de Haifa, la iglesia se habría erigido en la antigua ciudad de Banias, que pertenecía al Imperio Romano y que había sido rebautizada como Cesarea de Filipo durante el periodo en el que se cree vivió Jesús.
La historia de la mujer sangrante se refiere, de acuerdo con los evangelios cristianos, a un milagro que realizó Jesús cuando una mujer que llevaba menstruando por 12 años sin detenerse se curó de su padecimiento al tocar su manto.