No perdamos de vista que mediante el esperpento electoral inminente se le entrega más el país a China, Rusia, Turquía, Siria, Cuba e Irán. Convirtieron a Venezuela en un trampolín para el narcotráfico y ahora para el terrorismo.
El profeta Habacuc le preguntó a Dios por qué a los malvados les es permitido herir a la gente buena y Dios respondió que en su momento Él habrá de castigar a los malvados. Esto hay que tenerlo en cuenta no como escape a la realidad difícil sino para estimular el ejercicio de las virtudes ciudadanas, reunir fuerzas y repeler el mal. Tenemos claro que la cristiandad preserva el legado de las generaciones que nos preceden y nos anima a la construcción de un mundo mejor y en convivencia fraterna.
De este lado no abunda la estrategia y no nos referimos a temas complicados sino a la simplicidad que implica solidez. Lamentamos los dos años largos, sufridos y perdidos para concretar el cese de la usurpación. El interinato no ha sabido capitalizar el 80% del rechazo a Maduro, una diáspora continua que llega a casi a 6 millones, una cuarta parte de la población de Venezuela. Una economía 70 veces más pequeña que en 1998 y 70% de inflación en noviembre de este año. No sólo es la destrucción de la industria petrolera, es la destrucción del ambiente como el derrame producido en Falcón que afecta, entre otros, a los hermosos cayos de Morrocoy.
La 50 asamblea de Consecomercio devino en vergüenza, la presidencia invitó sin avisarle a la concurrencia a la segunda verduga en mando. El lema de la institución es la libertad y ésta sólo se logra en democracia. El comercio prevalece en un clima de paz y el totalitarismo lo niega. Padecemos el drama de un consumidor que no haya cómo comprar y un comerciante que no haya cómo vender.
El camino sigue siendo “firmeza y coraje”, Dios mediante, bajo la conducción de una nueva dirección política con claras estrategias para construir la amenaza real creíble. Que sepa anticipar eventos, construir escenarios y hacer monitoreo permanente.
¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!