El relator de la ONU contra la tortura, Nils Melzer, pidió hoy a las autoridades británicas la liberación inmediata del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cuando se cumplen 10 años desde su primera detención y al conocerse un grave brote de COVID-19 en la prisión donde se encuentra.
En un comunicado, el relator señaló que 65 de los 160 internos de la prisión londinense de Belmarsh, donde Assange se encuentra desde mayo de 2019, han dado positivo por COVID-19.
“Assange no está condenado ni supone amenaza para nadie, por lo que su encierro prolongado y en solitario, en una cárcel de alta seguridad, no es necesario ni proporcionado, careciendo claramente de toda base legal”, señaló Melzer.
El relator recordó que las detenciones iniciales en diciembre de 2010 se basaban en acusaciones de presuntos delitos sexuales en Suecia que finalmente se retiraron por falta de pruebas, por lo que ahora su detención es puramente preventiva, mientras se tramita su posible extradición a Estados Unidos, algo que podría tardar años.
Los diez años de privación de libertad (incluidos siete que pasó refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres) “no sólo son una detención arbitraria sino que pueden suponer también tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes”, subrayó el experto de Naciones Unidas.
Melzer recordó que Assange sufre dolencias respiratorias previas que lo hacen especialmente vulnerable a la COVID-19, y recordó que muchas prisiones en todo el mundo han tomado medidas de reducción de la población reclusa para evitar brotes.
El relator también pidió que el Reino Unido no extradite a Assange a Estados Unidos debido a las dudas que su posible proceso en ese país plantea en materia de derechos humanos, a un mes de que se emita una decisión en primera instancia sobre esa posible extradición.
EFE