Las autoridades del condado de Miami-Dade se encuentran investigando el asesinato de dos camioneros cubanos en Opa-Locka el pasado fin de semana, según informó El Nuevo Herald.
Por Periódico cubano
Osmar Oliva, de 50 años, y Johan González Quesada, de 26, fueron amarrados, torturados y finalmente ejecutados a tiros.
Los hechos ocurrieron la noche del sábado, y tras la ejecución, el asesino lanzó los cuerpos a la calle en la cuadra 1800 de Rutland Street
Un tercer hombre, cuya identidad no fue revelada por la policía del condado, sobrevivió y fue llevado al Centro de Traumatismos Ryder del Hospital Jackson Memorial, donde continúa ingresado en estado grave.
América Tevé confirmó la nacionalidad de los fallecidos. Oliva era padre de tres hijos y dueño de la compañía Oliva Delivery Corp., cuyas oficinas centrales están en Opa-locka.
“Era una buena persona. No sé por qué le pasó esto a él”, declaró su esposa este lunes en entrevista para El Nuevo Herald.
Quesada tenía dos hijas, una de un año, y otra con apenas 10 días de nacida.
“Era una persona maravillosa. Tenía un gran corazón. Muy unido a la familia”, dijo su padre, Ovidio González Roche. “Es algo demasiado grande. No puedo explicar qué pasó”.
Detectives de la Sección de Homicidios del Departamento de Policía de Miami-Dade siguen las investigaciones para descubrir los motivos del asesinato.
Según varias fuentes policiales, hombres enmascarados secuestraron a las tres víctimas, les ataron las manos y los torturaron durante horas en la parte trasera de un camión de mudanzas, para después ejecutarlos uno por uno con un tiro en la cabeza.
La víctima sobreviviente se las arregló para hacerle señas a un peatón, que a su vez llamó a la policía.
Anteriormente, los dos cubanos habían tenido problemas con la ley por casos de robo de carga, Oliva en 2007 y González apenas el año pasado.
En el caso de Oliva, lo acusaron del robo de una carga que fue localizada por GPS, pero los fiscales desestimaron los cargos en su contra al año siguiente.
González Quesada fue arrestado en 2019 bajo acusaciones de que tenía dos cargas robadas —camarones congelados, y unidades de aire acondicionado— que se lograron rastrear mediante un GPS y se descubrieron en su casa. Él se declaró inocente y estaba en espera de juicio.
Ahora la policía pide la colaboración de la ciudadanía para que brinden informes que puedan conducir al arresto de quienes atentaron contra los antillanos.