Antes de la llegada del chavismo al poder, las noticias que venían de Cuba eran dramáticas. Era difícil imaginar, más aún siendo niño, cómo una nación podía vivir con tantas penurias. En esos tiempos era recurrente escuchar hablar de los balseros cubanos; hombres, mujeres y niños que preferían arriesgar sus vidas en alta mar antes que condenar su existencia al socialismo. Para gran parte de los venezolanos, se trataba de una realidad aunque cercana geográficamente, muy lejana en términos de interés real. A la gente le importaba poco lo que pasaba en Cuba y frente a las comparaciones entre Chávez y Castro algunos lanzaban la miserable y conocida frase “Venezuela no es una isla”.
Veinte años después aquí estamos, prácticamente solos con nuestras drama y sintiendo en carne propia la importancia de aquellos cubanos que nos alertaban sobre el peligro que significaba al chavismo y no eran escuchados. Aquí estamos viendo despedir a los nuestros y llorando a nuestros náufragos, nuestros propios balseros. Veinte años después podemos decir: es verdad, Venezuela no es Cuba, porque hace años que estamos peor que Cuba.
El naufragio de Güiria también es el naufragio de un país que parece normalizar la tragedia y que sigue sin identificar los responsables de lo que estamos viviendo. Solo eso explicaría cómo después de tantos años de sufrimiento, miseria, represion y muerte, Chávez, responsable principal de lo que hoy sucede en Venezuela siga teniendo 61% de valoración positiva según la última encuesta de Datanálisis. No habrá justicia sin verdad, ni verdad sin memoria. Mientras no seamos capaces de decir NUNCA más, los tendremos para siempre.
@BrianFincheltub