El jefe de la policía del Capitolio de Estados Unidos dijo que se está investigando la criticada respuesta de sus agentes al asalto del edificio por una turba de simpatizantes del presidente Donald Trump.
Steven Sund, responsable de la agencia encargada de proteger la sede del poder legislativo, dijo que los agentes esperaban una concentración de personas que querían ejercer su derecho a la libertad de expresión consagrado en la Primera Enmienda de la Constitución.
“Pero no se equivoquen. Esos disturbios masivos no son actividades amparadas por la Primera Enmienda. Fueron disturbios criminales”, dijo Sund en un comunicado.
La reacción de la Policía del Capitolio quedó bajo severo escrutinio. Según observadores, la cantidad de efectivos parecía ser muy escasa.
Los agentes fueron rápidamente arrollados por los manifestantes y demoraron en pedir apoyo a la policía metropolitana de Washington; la cual normalmente no tiene autoridad para desplegarse en propiedades federales como el Capitolio.
La fuerza policial del Capitolio está “realizando una exhaustiva revisión del incidente, los planes de seguridad, policías y procedimientos”, dijo Sund.
El jefe de la policía de Washington, Robert Contee, dijo que su cuerpo recibió el pedido de ayuda a las 13H00 locales; bastante después que los manifestantes irrumpieran tras saltar barreras.
“La cosas ya estaban bastante mal en ese momento”, dijo Contee el jueves.
“Fue un completo fracaso”, dijo Brian Schatz, senador de Hawai. “La profanación de nuestro templo de la democracia no debe volver a ocurrir jamás”, añadió.
Una mujer que intentaba entrar a un corredor del edificio murió al ser alcanzada por disparos de un policía del Capitolio.
El agente fue suspendido mientras se investiga el incidente, dijo Sund.
Señaló que fue un día caótico con múltiples incidentes simultáneos; lo que incluye el descubrimiento de dos bombas improvisadas.
AFP.