El Gobierno neerlandés se plantea retrasar más allá del 18 de enero la vuelta a las clases presenciales en los colegios de Países Bajos, cerrados desde mediados de diciembre como parte del confinamiento total, debido al alto número de contagios diarios en el país y los temores a una rápida expansión de la nueva cepa.
El confinamiento actual, que incluye el cierre de toda la actividad no esencial en Países Bajos, no ha logrado contener los contagios como esperaban las autoridades sanitarias, por lo que el Gobierno neerlandés no cree posible empezar a relajar las restricciones el 19 de enero, con la vuelta al cole el 18, como estaba previsto cuando anunció el cierre de prácticamente todo el país a mediados de diciembre.
“Si la ligera disminución no continúa y al mismo tiempo la mutación británica comienza a tomar la delantera, entonces lo más probable es pensar en medidas más estrictas», aseguró al canal AT5 el virólogo neerlandés Menno de Jong, miembro del equipo de expertos OMT que asesora al primer ministro Mark Rutte en esta pandemia.
De Jong no prevé que la relajación del confinamiento sea una opción viable para las autoridades y más bien defiende que el paquete actual de medidas se amplíe otras dos semanas más. “No queremos una tercera ola”, advirtió, reconociendo que la segunda ola de contagios, declarada en Países Bajos desde finales de verano, sigue sin estar bajo control.
El Ejecutivo, junto a los miembros del Instituto de Salud Pública (RIVM) y otras autoridades involucradas en la gestión de la pandemia mantienen este domingo una reunión en la residencia oficial del primer ministro en La Haya, donde discuten las recomendaciones del OMT sobre una ampliación de las medidas que sería anunciada el próximo martes.
Mañana empieza la segunda semana de clases a distancia para los colegios neerlandeses, que en condiciones normales habrían vuelto al colegio la semana pasada, una situación que está siendo una “carga muy pesada” para muchos padres y una “amenaza adicional que sitúa a los alumnos en una situación de desventaja en el aprendizaje”, denunciaron hoy varios padres a la televisión pública NOS.
Los colegios siguen abiertos para los hijos de los profesionales “vitales” para el control de la pandemia, como los sanitarios o policías, aunque allí no reciben lecciones presenciales, y solo están supervisados por un adulto mientras siguen las clases virtuales como el resto de sus compañeros desde casa.
La semana pasada fueron detectados al menos 30 casos afectados por la variante británica del SARS-CoV-2 después de declararse un brote de esta cepa en un colegio de primaria de la ciudad de Bergschenhoek, cerca de Róterdam. A finales de diciembre, las autoridades sanitarias confirmaron cinco contagios con esta variante que les obligó a iniciar una investigación en esa escuela.
EFE