Italia se prepara a adoptar un ambicioso plan económico pese a la crisis política

Italia se prepara a adoptar un ambicioso plan económico pese a la crisis política

 

Italia se prepara a adoptar este martes un ambicioso plan para la reactivación económica del país tras la pandemia con fondos de la Unión Europea, a pesar de la crisis política que amenaza la supervivencia de la coalición en el poder.

El gobierno, presidido por el primer ministro Giuseppe Conte, convocó un consejo de ministros que deberá aprobar la gestión de esos fondos, según la última versión del plan, que ha sido varias veces modificado por las presiones de sus aliados.

La aprobación de ese delicado plan, que cuenta con notables recursos, de 222.900 millones de euros (279.000 millones de dólares), en préstamos y subvenciones otorgados por la UE, ha sido la manzana de la discordia entre Conte y el ex primer ministro Matteo Renzi, quien amenaza con retirar su pequeño pero decisivo apoyo y generar una crisis política.

Conte, a petición de su incómodo aliado, acordó duplicar con creces los fondos destinados a la salud y al turismo y aumentó la participación de las inversiones, que ahora alcanzan el 70%, frente al 21% de los incentivos fiscales y de otro tipo de ayudas.

El presidente de la República, Sergio Mattarella, árbitro de la situación según la Constitución parlamentaria, pidió que antes de una crisis política se apruebe el plan para gestionar los fondos de la UE.

Desde hace un mes, Renzi, quien representa a cerca del 3% de las intenciones de voto, según los sondeos, amenaza con generar la caída del gobierno y las dos ministras de su partido, Italia Viva, seguían hablando de dimitir el lunes.

 

– El arriesgado “juego de póquer” –

 

Se trata de un arriesgado “juego de póquer”, con todas las opciones sobre la mesa: dimisión de los dos ministros disidentes de Italia Viva y reorganización del gabinete de gobierno con una resolución rápida de la crisis o la caída de Conte con la designación de otro primer ministro.

“Es como jugar a póquer, el resultado es difícil de predecir”, resumió Roberto D’Alimonte, profesor de ciencias políticas en la Universidad Luiss de Roma.

Renzi, que está recibiendo muchas críticas por provocar una crisis política en un momento tan delicado por la pandemia, ahora exige que Italia recurra también al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), cuya misión es ayudar a los países de la eurozona en dificultad.

El recurso al MEDE encuentra la total oposición del Movimiento 5 Estrellas (antisistema), la mayor formación de la coalición gubernamental junto con el Partido Democrático (centroizquierda), que en cambio está a favor.

Renzi, que como carta vencedora suele proponer al expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, considera que lograría el consenso para liderar la nueva fase.

Draghi, de 73 años, quien debería presidir un gobierno de unidad nacional formado por técnicos para gestionar el maná europeo, gusta a empresarios, sería apoyado por el centroderecha y contaría con Bruselas.

El banquero por ahora no se ha pronunciado, aunque se sabe que aceptaría si tiene el apoyo unánime de todas las fuerzas.

 

– Miedo por el déficit –

Italia, primer beneficiario del plan de 750.000 millones de euros (911.000 millones de dólares) adoptado a mediados del 2020 por los líderes europeos, debe presentar su programa de gastos a Bruselas a finales de abril para que sea aprobado.

“Italia tendrá un papel decisivo en el éxito o el fracaso” de esta primera experiencia de deuda común de la Unión Europea, explicó el comisario europeo para la Economía, el italiano Paolo Gentiloni.

Italia, que suele ser acusada de despilfarro de los fondos de la UE, teme aumentar su déficit público, que se prevé será del 10,8% del PIB en 2020, así como la deuda pública, que se calcula subirá este año al 158% del PIB.

La Comisión Europea, que suspendió el año pasado las reglas sobre la disciplina presupuestaria, una medida sin precedentes tomada a causa de la pandemia, advirtió a Italia, al igual que a Francia, sobre una deriva incontrolada del déficit.

AFP

 

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