Carlos Ismayel: Diálogo con el secuestrador

Carlos Ismayel: Diálogo con el secuestrador

Razones de sobra tienen los voceros de la iglesia venezolana cuando enumeran las 7 plagas que azotan a la ciudadana, a saber, 1. la crisis económica, 2. La catástrofe social, 3. los destartalados servicios públicos, 4. la pandemia que se traga la vida de miles de seres humanos, 5. el cáncer de la corrupción que ha hecho metástasis en el cuerpo de una sociedad que tampoco escapa a (6) la crisis moral y (7) de ánimo que mantiene en el suelo la esperanza de millones de venezolanos.

Esa realidad es más que suficiente para medir la dimensión del daño que Maduro y sus cómplices le han infringido a nuestro país. En lo que sí veo algunas imprecisiones es en el llamado que hacen los voceros del clero a que “dejemos la camorra y nos sentemos a dialogar como parte de una confrontación”. Primero, que los camorreros son los miembros de esas pandillas. Ellos son los que tienen las armas, esas con las que disparan a matar los miembros de grupos paramilitares organizados desde las instancias narcotizadas. En segundo lugar, si de diálogo hablamos es bueno no omitir que la oposición venezolana se ha sentado muchas veces con esa misión que ha resultado en vano, porque sencillamente ni Chávez ni Maduro cumplen los acuerdos. Otro camino es el electoral que también lo hemos transitado en varias coyunturas, pero esa ruta esta minada de trampas, por lo que meterse en esa senda, otra vez, es por lo menos suicida.

Por lo antes señalado es que me inquieta escuchar la recomendación que me suena a resignación, como el que baja sus banderas para firmar una rendición ante el adversario. Me alarman esos mea culpas según los cuales “fue un error no participar en las parlamentarias del pasado diciembre ¿Qué es eso? ¿Es qué se nos borró de la hoja de análisis las maquinaciones que hizo Maduro para montar todo un entramado de arbitrariedades en el CNE? ¿Es en serio, eso de decir que hay que cuidar los espacios?





Los invito a revisar las atribuciones de los pocos gobernadores y alcaldes que están identificados con la oposición, son simples pagadores de nómina, cuando les bajan los recursos y si apenas controlan un camión para recoger basura y unas máquinas para cortar monte. El régimen sigue aplastando la descentralización y va camino a instaurar su modelo de Estado Comunal. ¡Esa es la verdad! ¿Qué vamos a dialogar con Maduro para remediar la crisis? Eso me huele a desesperación para ver como se sobrevive en medio de esta narcotiranía. Es como el secuestrado que se entiende desde su cautiverio para ver si le mejoran la ración de pan y agua.

¿Que la oposición esta débil porque está dividida? No, la verdad es que esta infiltrada, como lo ha dicho crudamente Antonio Ledezma, sin negar que hay problemas de entendimiento que deber ser superados cuanto antes.

En conclusión, me apego a la idea de insistir en convencer al mundo de que solos no podemos, que cada día se justifican las tesis del R2P, del TIAR y la reactivación de las presiones internas movilizando a la ciudadanía para lo cual es indispensable contar con una dirección política que sea capaz de motivar a una ciudadanía que está, justificadamente, descorazonada.

Carlos Ismayel
Abogado, Secretario Gral. de ABP Guarico.