La policía de Hong Kong arrestó el 5 de enero a 53 personas en redadas matutinas contra activistas por la democracia en la mayor represión desde que China impuso el año pasado una ley de seguridad que, según los opositores, tiene como objetivo sofocar la disidencia en la ex colonia británica.
Por Reuters
El secretario de Estado de Estados Unidos, Pompeo, advirtió la semana pasada sobre nuevas sanciones en respuesta a los arrestos de activistas a favor de la democracia en Hong Kong. Esa advertencia se produjo un día después de que los partidarios del presidente republicano Donald Trump irrumpieron el 6 de enero en el Congreso en un intento por anular su derrota electoral de noviembre, lo que llevó a los medios estatales de China a acusar a los políticos estadounidenses de “doble rasero”.
Pompeo también dijo la semana pasada que Estados Unidos también exploraría restricciones contra la Oficina Económica y Comercial de Hong Kong en Estados Unidos.
La acción del viernes vendría pocos días antes de que Trump deje el cargo y sea reemplazado por el demócrata Joe Biden el próximo miércoles y sería la última de una serie dirigida a China, que los analistas ven como una oferta impulsada por Pompeo para asegurar un enfoque duro para Beijing.
El Departamento de Estado no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Trump ha aplicado políticas de línea dura hacia China en temas que van desde el comercio hasta el espionaje y el coronavirus. Las relaciones se desplomaron a su peor nivel en décadas cuando intensificó la retórica en su infructuosa campaña de reelección de noviembre.
Su administración ya impuso sanciones a funcionarios chinos por sus acciones relacionadas con el movimiento a favor de la democracia y otros presuntos abusos de derechos, y en julio pasado declaró el fin del estatus económico privilegiado del territorio según la ley estadounidense.
El gobierno de Trump tomó otro golpe contra China y sus empresas más grandes el jueves, imponiendo sanciones a funcionarios y empresas por supuestas fechorías en el Mar de China Meridional e imponiendo una prohibición de inversión a nueve empresas más.
El sábado pasado, Pompeo dijo que estaba levantando las restricciones a los contactos entre funcionarios estadounidenses y sus homólogos en Taiwán, una medida que enfureció mucho a Beijing, que considera a la isla una provincia renegada.