Estados Unidos cumplió este miércoles un año de la confirmación del primer caso en su territorio del nuevo coronavirus con más contagios y fallecidos por la enfermedad que ningún otro país y un nuevo presidente que se ha comprometido a poner freno al avance de la pandemia.
En el día en que el demócrata Joe Biden asume la Presidencia, la cuenta de la covid-19 iniciada el 20 de enero de 2020 en Estados Unidos se sitúa en más de 24,5 millones de contagios y 401.000 muertes, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.
A EE.UU. le siguen en número de casos India, con más de 10,5 millones, y Brasil, con más de 211.000 decesos.
El primer caso de covid-19 fue confirmado oficialmente en Estados Unidos hace exactamente un año, aunque la noticia se difundió masivamente al día siguiente.
El paciente era un hombre de 35 años y residente en Everett, en el estado de Washington (noroeste del país) que había viajado a Wuhan (China), donde se originó el virus del que se han contagiado más de 96 millones de personas en todo el mundo, de las cuales más de dos millones han muerto, según la Universidad Johns Hopkins.
Ese hombre fue la primera persona en EE.UU. en someterse a una prueba de coronavirus y dar positivo.
El primer caso de covid-19 no relacionado con viajes al extranjero fue confirmado en EE.UU. a fines de febrero y a fines de diciembre se detectó el primero de la variante británica del virus, en el estado de Colorado.
Biden ha prometido hacer del control del coronavirus una prioridad de su Gobierno y presentó un plan con ese fin antes de asumir el cargo, en el que la vacunación masiva, iniciada en diciembre, tiene un papel protagonista, pero también incluye un refuerzo de las medidas preventivas .
Este martes, junto a su esposa Jill y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, y su esposo Dough Enhoff, Biden participó en una ceremonia en homenaje a los fallecidos por la enfermedad en Washington, que tuvo réplicas en otras ciudades del país.
“Para sanar tenemos que recordar, y es difícil a veces recordar, pero así es como sanamos. Es importante hacer eso como país”, dijo Biden, horas después de que la cifra de muertos en el país superara los 400.000.
La respuesta de la Administración del republicano Donald Trump a la pandemia recibió muchas críticas de parte de la comunidad científica y sus detractores políticos le hacen responsable de la elevada incidencia de la enfermedad en el país, que atraviesa actualmente niveles récord de contagios y muertes.
Trump, que hizo del no llevar mascarilla en lugares públicos una declaración política y algunos de cuyos partidarios sostienen teorías negacionistas de la existencia del virus, es uno de los millones de contagiados de la enfermedad.
A comienzos de octubre dio positivo a la covid-19 en una prueba y fue ingresado en el hospital militar Walter Reed, a las afueras de Washington, donde estuvo de jueves a lunes.
“!Me siento realmente bien! No le tengas miedo a la COVID. No dejes que domine tu vida”, escribió el gobernante cuando estuvo hospitalizado y la enfermedad se había cobrado la vida de más de 200.000 estadounidenses.
Hoy son más de 400.000, cifra que supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que el 1 de mayo, ya sin Trump en la Presidencia, habrán muerto más de 560.000. EFE