El profesor William Anseume, coordinador municipal de Vente Venezuela en Guaicaipuro, se refirió a las escandalosas cifras de la violencia en el estado Miranda:
“Escandalosas resultan las cifras de la violencia en el estado Miranda, dadas a conocer precisamente estos días por el Observatorio Venezolano de la Violencia, cuyo serio trabajo continuo no deja duda alguna acerca de los números. Y resulta imposible dejar pasar por alto. ¿Se puede entender sin estupor que el estado Miranda sea la primera entidad del país en materia de violencia? Más de 70 es la tasa de la violencia aquí. Contra el más de 50 que exhibe, no como trofeo, el Distrito Capital. ¿Se puede entender sin escandalizarse que Miranda supere de lejos a Caracas y otras zonas en cuanto a la violencia incontrolada? Lo otro que no podemos comprender sin alarma es por qué de inmediato no se les pide la renuncia, o se van, a quienes deberían encargarse del control de esa misma violencia. ¿Por qué no reconocen que les resulta imposible controlar o acabar con la violencia sostenida estos años en nuestro estado? Pero no. La fuerza moral y política no llega tan lejos. Se ratifica crudamente que es un poder tomado a la fuerza y no por la obediencia al mandato de los ciudadanos”.
Culminó el dirigente político su intervención: “El primero que debería renunciar al cargo por dejación es el propio usurpador de Miranda para quien la violencia y la inseguridad no son temas relevantes. Pero para los ciudadanos que sufren el rigor de esa violencia sí es tema de suma relevancia para su vida diaria, cotidiana. Aquí se tiene que implementar un serio plan de emergencia, inmediato, para controlar tanto la violencia como la delincuencia. Lo primero, ya a nivel nacional, tendría que ser la erradicación para siempre de los grupos policiales de exterminio en el país, como ha indicado la ONU, sin que se le preste ninguna atención oficial, porque son extensiones armadas del poder. La limpieza profunda del poder judicial es otro paso significativo que debe implementarse. La transformación del sistema penitenciario. Pero en la región se hace indispensable también un plan que incluya el desarme de la población, la depuración y una mayor profesionalización policial, el control del narcotráfico, la aplicación irrestricta de las leyes sin miramientos ni negociaciones por debajo de cuerda, entre muchos otros factores que contribuirían a la preservación del invaluable derecho a la vida, a la tranquilidad vital. Miranda necesita con urgencia atención prioritaria también a la seguridad y los derechos humanos, para que no tengamos que soportar esta situación permanente de sobrevivir en zozobra, aterrados por el régimen y por las consecuencias de su inacción respecto a la violencia, a la inseguridad y al crimen. Sin dudas hay un aliento desde el poder a grupos violentos y delincuenciales. Esto hay que acabarlo por completo, de raíz”.
Nota de prensa