Para el alcalde metropolitano de Caracas en el exilio, Antonio Ledezma, Nicolás Maduro usa las elecciones regionales y municipales como carnada en anzuelo para pescar, porque sabe que son tentadoras para algunos opositores que flaquean ante semejante “manjar”, tal como ocurrió en las regionales y municipales de 2017. Sin embargo, Ledezma recuerda al mismo tiempo los procesos electorales regionales del año 2008 en los que la oposición ganó gobernaciones y alcaldías, e inmediatamente les nombraron un “protector” o un activista del régimen que en paralelo administrara los recursos o controlara las potestades, competencias y bienes de esas gobernaciones y alcaldías.
La información es un extracto del articulo semanal de Ledezma, donde además considera injusto que se acuse a la ciudadanía de rechazar los procesos electorales por radicalismo, y eso no es verdad. Recuerda la ruta electoral asumida por la ciudadanía desde el año 1999 cuando en medio de insólitas desventajas compitió por alcanzar curules en las elecciones para instalar una Asamblea Nacional Constituyente, y Chávez tramo un gran fraude con su “Kino electoralista” que le garantizó más del 95% de la representación en ese organismo y después impuso su Carta Magna el 15 de diciembre de ese mismo año y la ciudadanía participó. Luego en el 2000 la ciudadanía participó en la mega elección para legitimar los poderes con la nueva constitución.
Agrega que la ciudadanía después del paro petrolero creyó en el diálogo que propusieron el Centro Carter y la OEA en tiempos de Cesar Gaviria y otra vez volvió a votar en el Referéndum Revocatorio de 2004 que se consumó “cuando a Chávez le vino en gana” y para eso se ocupó de las triquiñuelas su comisario político Jorge Rodríguez, el mismo que ahora le sirve de “mozo de espada” a Nicolás Maduro. Sin embargo, “la ciudadanía se salió de la vía del voto en las parlamentarias de diciembre de 2005, porque estaba persuadida de las trampas que se fraguaban en los predios del CNE”. En ese entonces la ciudadanía protesto, pero eso duro apenas 4 semanas, porque en enero de 2006 se volvieron a meter en la vía del voto con Manuel Rosales como abanderado presidencial.
Luego en el 2007 se participó en el referendo consultivo donde Chávez quiso modificar su constitución que apenas había sido aprobada en 1999. En esa oportunidad la mayoría de los venezolanos con su voto no permitió esa reforma, y fue cuando Chávez el mismo 2 de diciembre 2007, una vez que se contaron los votos la calificó de victoria pírrica y mierda. Es bueno que las nuevas generaciones sepan lo que pasó en ese momento, dice Ledezma.
En ese sentido Ledezma considera injusto que en este momento se acuse a la ciudadanía de rechazar los procesos electorales por radicalismo porque no es verdad. Recuerda las regionales de 2008, las parlamentarias de septiembre del 2010, en las que la oposición sacó más votos que el chavismo pero le asignaron menos diputados. “Continuamos trajinando ese camino, hicimos consultas primarias, seleccionamos nuestro candidato presidencial y fuimos a otra elección presidencial, con la fecha impuesta acorde al interés del régimen que sabía que su “líder galáctico y eterno” estaba en sus días postreros, por eso la elección fue en octubre de 2012”.
Luego “Surgieron las elecciones sobrevenidas de abril de 2013, en medio de grandes irregularidades, competimos y ganamos, eso fue evidente, pero no permitieron las auditorías”. Sostiene que en esa oportunidad hubo protestas por parte de la ciudadanía pero fueron suspendidas para participar en las regionales y municipales de ese mismo año, y fue cuando Maduro inventó el Dakazo como ventajismo electoral y la ciudadanía nuevamente se rebeló en febrero de 2014 con la Salida. Acción que quiso quebrar Maduro con un dialogo en Miraflores el 10 de abril.
Posteriormente vinieron las parlamentarias de 2015, precisa Ledezma, donde la oposición venezolana ganó con mayoría calificada de dos tercios de 112 diputados, pero inmediatamente Maduro inventó el desacato y aún ese parlamento está en desacato, con sus parlamentarios perseguidos y amenazados. “Luego se trató de montar un Referéndum Revocatorio en mayo de 2016, pero Maduro lo reventó con siete tribunales penales que conjuntamente con el CNE anularon las firmas”, sentencia el alcalde en el exilio.
En ese mismo orden, Ledezma considera injusto que se la haga coro a los que desde las trincheras al servicio del régimen se empeñan en presentar a la oposición venezolana como un “movimiento radical e intransigente” que se niega a diálogos o negociaciones. “Hemos dialogado en 13 ocasiones, el más reciente fue el intento de Oslo-Barbados, pero todos han sido aprovechados por Maduro para sacar ventaja y ganar tiempo. Igualmente es importante precisar lo ocurrido el 30 de abril 2019 donde después se justificó como negociaciones con un sector del chavismo.
En ese mismo orden Ledezma recordó que la ciudadanía organizó un plebiscito en 2017 y Maduro inventó su Constituyente con votos trampeados, luego maquinó sus regionales y la oposición cayó en la celada del voto como vía para salir de Maduro, pero sigue ahí usurpando los poderes. “Maduro tiene esas carnadas en la punta de su arpón, sabe que son tentadoras para algunos opositores que flaquean ante semejante “manjar”, tal como les lanzó el anzuelo en mayo de 2018 y más recientemente el pasado 6 de diciembre 2020.
Nota de prensa