Han pasado más de cuarenta años desde que las publicaciones de noticias se enteraron de la espantosa muerte del adolescente de California, Arlis Perry de 19 años. El 12 de octubre de 1974, Perry fue encontrada desnuda en la Iglesia Conmemorativa de Stanford de la Universidad de Stanford, brutalmente golpeada y violada.
Con información de Genteyold y Palo Alto Online
Traducción libre de lapatilla.com
La verdad del asesinato fue un misterio por muchos años. ¿Por qué alguien matarían a una devota cristiana en una iglesia? La nueva evidencia de ADN puede proporcionar la respuesta sobre si el trágico evento fue un misterioso ritual satánico o un acto psicótico.
La iglesia estaba cerrada
Perry había ido a la Iglesia Memorial el 12 de octubre de 1974, alrededor de las 11 pm para orar después de tener una pequeña pelea con su esposo, quien entonces era un estudiante de segundo año de pre-medicina de la Universidad de Stanford. Otros la vieron en la iglesia el guardia de seguridad, entró a las 11:30 pm para decirle al grupo que iba a cerrar la iglesia por la noche.
Alrededor de las 11:45 pm la iglesia cerró. Pero Perry no regresó a casa. Su esposo, Bruce Perry, la buscó en el campus y luego llamó al Departamento de Seguridad Pública de Stanford a las 3 am.
Horas más tarde, encontraron el cuerpo en el altar dispuesto. La policía guardó una huella de palma de las velas de cera de abejas en el lugar, así como una muestra de semen en un cojín dentro de la iglesia.
Los rumores rituales
Según los reportes de la muerte de Perry, la posición de su cuerpo y la evidencia encontrada en la escena hizo que la policía sospechará de un ritual o posiblemente un elemento satánico. Durante la época del asesinato de Perry, la familia Manson se abría paso por el sur de California y se perfilaron varios cultos.
Perry fue violada con dos velas de altar y su cuerpo fue posado para representar un sello. Además, el cuerpo sin vida de Arlis tenia un pica hielo clavado en la cabeza. Debido a todos los detalles, la policía no podía ignorar el mensaje que el asesino había enviando.
El autor más vendido de la época, Maury Terry, escribió en su libro “The Ultimate Evil” que el asesinato de Arlis Perry pudo haber estado relacionado con los asesinatos del “Hijo de Sam” en la década de 1970 en Nueva York.
“Oye, tenemos un muerto aquí”
Steve Crawford era guardia de seguridad de la Iglesia cuando encontró a Perry y llamó a la policía. El militar veterano había sido un oficial de policía pero su trabajo se redujo a la seguridad sin armas.
Crawford estaba descontentó que “encontró formas de vengarse con la universidad”, incluyendo el robo de arte y libros. En ese momento, su arrendador lo describió como un inquilino normal y sin pretensiones: Era “un buen tipo, nunca tuvo ningún problema” y tenía “bonitas estatuas de bronce de caballos con indios en ellas”.
Desafortunadamente, su arrendador no tenía idea de que Crawford fue arrestado por robar en 1992.
En 2018, los investigadores de casos sin resolver utilizaron pruebas de ADN para concluir que el asesino era Steve Crawford.
El 28 de junio de 2018, los detectives llegaron al apartamento-estudio de Stephen Blake Crawford de 72 años, con una orden de registro. También estaban preparados para arrestar a Crawford por el asesinato de Arlis Perry.
Cuando los detectives llamaron a la puerta, Crawford pidió unos minutos para vestirse. Pensando que se estaba demorando, usaron una llave que habían obtenido del administrador del apartamento para ingresar a la residencia.
Los detectives vieron inmediatamente a Crawford sentado en la cama con una pistola en la mano. Como el lugar era demasiado pequeño para realizar una maniobra retrocedieron. En ese momento, oyeron un solo disparo y descubrieron que Crawford se había disparado a sí mismo en la cabeza.
Los oficiales revisaron el apartamento y encontraron una caja en el armario que contenía documentos personales importantes y la cubierta del libro “The Ultimate Evil”. Además, descubrieron una nota de suicidio escrita apresuradamente, con fecha de 2016, fue encontrada en una mesa de computadora cerca de la cama. “Era incoherente y no menciona directamente el asesinato”, según los detectives que todavía están analizando la nota.
Aún no se ha confirmado si este crimen fue realmente un acto satánico o acto de un psicópata.