Andrés Arauz triunfó en las elecciones de primera vuelta, pero todavía no se sabe con quién participará en una segura segunda vuelta, el 11 de abril.
El conteo oficial fue confirmando poco a poco las cifras de las dos encuestas a boca de urna. El conteo rápido del Consejo Nacional Electoral se retrasó y señaló un 31,5% para el candidato correísta y alrededor del 20% para Yaku Pérez y Guillermo Lasso, en un inédito empate técnico.
Esa realidad numérica deberá cotejarse con la realidad jurídica, que solo la darán los escrutinios definitivos. Estos pueden tardar varios días y lo menos que se puede esperar es que los candidatos guarden la actitud ponderada que el país requiere.
Aunque no faltaron las papeletas ya rayadas y personas con varias en su poder, los reportes de la jornada evidenciaron el deseo ciudadano de expresarse en las urnas. La presencia fue masiva pese a las dificultades.
En esta elección confluyeron varios aspectos. Un número singular de partidos y movimientos, hasta contar 280, lleva a una indispensable reforma futura. Más partidos y movimientos no es sinónimo de mayor democracia sino de dispersión, y de falta de madurez política y de ideas claras en materia ideológica.
Un aspecto que marcó la jornada fue, indudablemente, la demoledora pandemia. Los vocales de las juntas receptoras de voto tomaron sus precauciones de higiene y aislamiento. Lo mismo pasó con los ciudadanos para evitar contagios, pero las largas filas y la espera, en varios casos sin el distanciamiento adecuado, no fueron las condiciones más adecuadas.
Otro escenario sobre el que habrá que esperar para tener un mapa claro de lo sucedido este domingo es el conteo de votos para la Asamblea Nacional. La asignación de escaños solo podrá hacerse una vez que se sepan con exactitud los votos obtenidos por cada agrupación.
Se advierte que puede haber una dispersión de fuerzas que haga de la gobernabilidad un labrado camino. Pero eso se verá después de la segunda vuelta, cuya campaña, en cualquiera de los dos escenarios que se barajan, promete ser dura.
Este articulo se publicó originalmente en El Comercio (Ecuador) el 8 de febrero de 2021