¿Muerte del rock and roll?; el fresno del pantano, árbol con el que se fabrican las emblemáticas guitarras de figuras legendarias del rock mundial, como Bruce Springsteen o The Rolling Stones, comienza a escasear por el cambio climático, que diezma ya sus poblaciones.
Este fresno de los pantanos, una especie con crecimiento lento y madera poco densa -característica muy importante para poder colgar las guitarras al cuello- crece a orilla del río Misisipi (EEUU) y es reconocido mundialmente por aportar una calidez y resonancia especial al sonido instrumental rockero con agudos cristalinos, medios definidos y bajos vigorosos.
Es un árbol que cada vez “crece menos”, ha explicado Víctor Resco de Dios, profesor de Incendios y Cambio Global en la Universidad de Lleida, en España, para detallar que esta clase de fresno vive adaptado a un cierto régimen de inundaciones en las llanuras donde se desarrolla, pero, el cambio climático ha propiciado un “incremento de la frecuencia e intensidad” de las inundaciones en esa zona.
Con inundaciones más fuertes los cortadores de leña apenas pueden realizar el aprovechamiento forestal al estar la llanura más tiempo con agua, situación que también implica que el suelo permanezca sin oxígeno durante más tiempo y, por tanto, que el árbol sufra más, ha observado el experto.
A este respecto, De Dios ha incidido en que los últimos años en la ribera del Misisipi se han originado las inundaciones “más catastróficas” en la historia reciente, superando el lecho del río durante medio año, mucho más de lo habitual, lo que ha favorecido la muerte de numerosos ejemplares de este tipo de fresno.
Otro de los factores que ha repercutido en la merma de este árbol, conocido en el argot musical como “punk ash o pop ash”, es el ataque de un insecto -el barrenador esmeralda del fresno- que se come su corteza y madera para terminar matándolo.
El ciclo vital de este escarabajo estaba limitado por el frío invernal, pero en un escenario de cambio climático, dichas limitaciones están desapareciendo, lo que propicia el incremento de la población de este insecto, explica el profesor.
¿Cuál es el camino a seguir ante el declive de esta especie?, algunos científicos ya están trabajando en el cultivo de otras variedades de fresno mejoradas genéticamente, menos susceptibles a sufrir el ataque de escarabajos que las poblaciones naturales.
Para el profesor, “no se trata de crear organismos genéticamente modificados”, sino de seleccionar aquellos individuos que presentan una genética que les hace más resistentes a los escarabajos.
Hay otros árboles de similares características usados también para fabricar cuerpos de guitarra, como el aliso (Alnus rubra), una especie en la que su dispersión está más limitada por el frío, por lo que según indican la proyecciones climáticas, si hace más calor, habrá más ejemplares.
Cada árbol tiene unas propiedades acústicas diferentes y el cuerpo de una guitarra necesita una madera grande, no sirven árboles finos, jóvenes o delgados, sino que se necesitan ejemplares de cierta edad y con cierto grosor, ha señalado el experto, quien también apunta el uso de maderas tropicales como el ébano, palo de rosa y caoba.
En este contexto, Víctor Resco ha lanzado un mensaje de esperanza: “Las guitarras y los talleres de lutieres no peligran, pero la industria se tendrá que ir adaptando y cambiar de especies”.
Para Resco, se puede cambiar de madera para hacer los instrumentos o incluso sustituirla por productos artificiales, pero no podemos cambiar de planeta, por lo que ha hecho hincapié en cuidar lo que tenemos.
EFE