Qué doloroso nos resulta ver esas imágenes de hermanos venezolanos cabizbajos, temerosos y con el alma desgarrada, caminando hacia un avión que forzosamente los devolvería al país del que huyeron.
Deportados, argumentan las autoridades chilenas, por haber ingresado de forma ilegal a su país. Somos respetuosos de las leyes, y respetamos las normas migratorias de cada región, pero ante este hecho, considerando la cruel realidad que se vive en Venezuela, y el riesgo que correrían estos hermanos retornados, no puedo sino condenar esta decisión, por cruel, injusta e inhumana.
Es inhumana por el hecho de que muchos de esos venezolanos que iban en el más doloroso silencio a bordo de ese avión; cuando partieron de Venezuela, lo hicieron con lo que apenas cabía en su morral, muchos de ellos con documentos vencidos, por la seria dificultad que representa en el país obtener la renovación de su cédula y el pasaporte, sin hablar del tiempo y costos de tales trámites; otros, sin documentos, porque en el trayecto a Chile, les fueron robados.
Esa es la verdad de la mayoría de los venezolanos que hoy, usted amigo Piñera, ha decidido deportar y entregar a su verdugo.
Los venezolanos que han huido de su país, no lo hacen para hacer turismo o por voluntad, ni con un plan, lo hacen urgidos por la necesidad, buscando un futuro que le fue negado, para salvar sus vidas y la de sus hijos.
Muchos de ellos, exponiéndose a grandes riesgos, cruzaron fronteras a pie, caminando kilómetros y kilómetros, atravesando páramos y desiertos, para llegar esperanzados a un país que hoy, lamentablemente, ordena su peligroso retorno. ¿No cree usted amigo Piñera que la deportación es un acto inhumano, cruel y criminal?.
Como venezolano y amigo, le pido que reconsidere esta medida. No pedimos otra cosa que humanidad y justicia. Medidas humanitarias y amparo a estos hermanos venezolanos que son refugiados y gente de bien, sin antecedentes, y justicia para aquellos que delinquen.
Deportarlos de esta forma es entregarlos a Nicolás Maduro, su verdugo. Expulsar a ciudadanos vulnerables y sin antecedentes, es negarles toda posibilidad de recuperar su vida.
Ojalá presidente Piñera pueda reconsiderar esta medida y seguir el buen ejemplo que dio al mundo nuestro amigo común y su homólogo, Iván Duque, presidente de Colombia.
Detenga las deportaciones, ponga fin a este doloroso retorno de desplazados venezolanos, porque en Venezuela sólo les esperará la miseria, la enfermedad y la muerte de la cual ya huyeron.
Y considere que estas acciones que hoy condenamos, no frenan el deslave humano que a diario cruza y seguirá cruzando las fronteras. Son seres humanos movidos por la desesperación y el miedo, que buscan protección y amparo, no deportaciones, xenofobia o acciones de odio.
Hoy, más que nunca, Chile y todos los países que han dado cobijo a venezolanos, deben ser solidarios y concederles el estatus de refugiados.
A usted, presidente Sebastián Piñera, a todos sus funcionarios de gobierno, y al pueblo chileno, le pedimos poner fin a estas deportaciones injustas y reconsiderar el trato que se está dando a nuestros hermanos venezolanos.
@LesterToledo