El noruego Erling Braut Haaland, uno de los delanteros más prometedores de Europa a sus 20 años, se exhibió con un doblete y una asistencia en el triunfo del Borussia Dortmund en el campo del Sevilla (2-3), donde se situó como máximo realizador de la Champions 2020-21 (8 goles) y fue clave para acercar a su equipo a los cuartos de final.
Con estos dos nuevos tantos en la ida de los octavos del máximo torneo continental, el espigado ariete suma ya 25 en 24 encuentros esta temporada (8 en la Liga de Campeones, 15 en la Bundesliga, 1 en la Supercopa y 1 en la Copa alemanas) y en el Ramón Sánchez-Pizjuán dio un recital de potencia, velocidad, inteligencia cerca del área, remate y efectividad.
Haaland, un matador y una ‘bestia’ del área, le ganó la partida a los defensas sevillistas, sobre todo en el primer tiempo, en el que, a pesar de que su equipo encajó pronto el 1-0 obra de Suso Fernández, su compañero Mahmoud Dahoud empató en el 19 y luego emergió la figura del noruego para culminar la remontada con dos buenos goles en los minutos 27 y 43.
El internacional por Noruega, aunque nacido en Leeds (Inglaterra) coincidiendo con la etapa de su padre como futbolista en la Premier League, estuvo muy activo, se ofreció siempre a sus compañeros y, ayudado por la gran calidad de gente como el joven inglés Jadon Sancho o el veterano alemán Marco Reus, trajo en jaque a la zaga del Sevilla.
Se vio las caras casi siempre con dos brasileños, el central Diego Carlos Santos y el mediocentro Fernando Reges, y con otra joven figura y promesa del fútbol europeo, el francés Jules Koundé, quien, aunque no cometió errores, no tuvo el brillo de otros partidos, como todo su equipo, y apenas pudo proyectarse en ataque, otra de sus virtudes.
Por la fuerza, la movilidad y el acierto que demostró Haaland, que demostró con creces su voracidad y su olfato goleador en una eliminatoria que, con sus goles, contribuyó a poner muy difícil al Sevilla, el ‘gigante’ del Dortmund (1,94 metros) salió ganador del duelo que se presumía que iba a protagonizar con Koundé, un central muy rápido y versátil con una enorme proyección.
Haaland y Koundé son dos jóvenes figuras por las que suspiran los grandes de Europa, aunque, por el desempeño del delantero del conjunto renano y el 2-3 favorable con el que regresa a la cuenca del Rin-Rhur, las loas en esta ida de los octavos de final se las llevó el goleador.
El noruego se reivindicó en el estadio del barrio de Nervión y confirmó que es un depredador del área. De un ataque iniciado por él desde la banda derecha llegó el 1-1 del centrocampista alemán Dahoud, de un fuerte y colocado tiro con la derecha, y después remató su actuación con sus dos goles.
El 1-2 lo marcó tras una rápida y potente conducción del balón hacia el área, donde hizo una magnífica pared con Sancho para batir al marroquí Yassine Bono, y el tercero de su cuenta y de su equipo lo marcó a dos minutos del descanso, cuando, tras perder el balón el argentino Papu Gómez, Reus le pasó el balón al área y ahí Haaland, de tiro cruzad con la zurda, no perdonó. Es su oficio, su virtud, y con ese mazazo hundió un poco al Sevilla.
En el segundo tiempo, el Dortmund se dedicó más a controlar su clara ventaja y, con los cambios, el equipo de Julen Lopetegui reaccionó para acortar distancias a seis minutos del final con un gol del neerlandés Luuk de Jong que le da algo esperanza para la vuelta de dentro de tres semanas en Renania del Norte-Westfalia.
Con sus dos tantos en el Sánchez-Pizjuán, Haaland, el rubio y espigado artillero del Dortmund, se coloca a la cabeza de los goleadores de esta edición de la Champions, con un impresionante registro de 8 dianas en sólo 5 partidos, y en total con 18 en 12 encuentros en sus participaciones en la máxima competición europea.
Estas cifras le hacen igualar la marca de 18 goles en la Liga de Campeones de otro gran goleador noruego, John Carew, y se queda a solo uno de los 19 logrados por un mítico jugador de su país como Ole Gunnar Solskjær.
EFE