La placenta protege al bebé de la transmisión vertical, madre-hijo, de la infección por SARS-CoV-2, a pesar de que el virus puede infectarla. Lo ha visto una investigación publicada en «The Journal of Clinical Investigation» en la que también se ha constatado que, cuando la carga viral en la placenta es muy elevada, aunque la placenta sigue actuando como barrera, puede verse severamente afectada e influir en el desarrollo del neonato.
Por ABC
Desde la aparición del virus, se investiga el papel del SARS-CoV-2 sobre la fisiopatología de la placenta y su impacto en el resultado del embarazo.
En este estudio se ha aplicado la tecnología que se emplea para el análisis molecular de los tumores para realizar un análisis clínico, morfológico y molecular completo de las placentas de 37 mujeres embarazadas, 21 de las cuales habían confirmado una infección por SARS-CoV-2, que dieron a luz durante la primera ola de la pandemia en Italia.
«Gracias a este trabajo hemos podido constatar que, aunque el virus puede infectar la placenta, en ningún caso se produjo una transmisión vertical de la madre al recién nacido, lo que apunta a que la placenta puede ser una barrera materno-neonatal eficaz contra el virus, incluso en presencia de una infección grave», explica Paolo Nuciforo, jefe del Grupo de Oncología Molecular del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y coautor del trabajo.
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