La empresa de transporte Uber ha perdido la batalla legal que comenzó en 2016 y deberá clasificar a sus conductores como “empleados” y no como trabajadores autónomos, según dictaminó el Tribunal Supremo de Reino Unido este viernes.
El fallo de los jueces concluyó, por tanto, que los empleados de la compañía deben tener acceso a todos los “derechos básicos”, así como a “vacaciones pagadas”, por lo que Uber se enfrenta a una gran factura por compensación de hasta 12.000 libras (13.834 euros) para cada uno de sus trabajadores.
Uber recurrió al Supremo tras haber perdido litigios en tres instancias inferiores, después de que en 2016 un tribunal laboral resolviese que los trabajadores de la compañía prestan sus servicios como empleados y no como contratistas externos.
EFE