Luego de rayar paredes, colgar pancartas, organizar caravanas y redactar cartas sin destinatario, el chavismo subió el nivel de su cinismo con el montaje de un mal denominado concierto, con el objetivo de lavar un poquito la imagen del polémico Alex Saab, empresario colombiano señalado por la Justicia de Estados Unidos de lavar millones de dólares en favor del régimen de Nicolás Maduro.
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Más allá de las acusaciones, aceleradas luego de su captura en la isla de Sal en Cabo Verde, los ocupantes del Palacio de Miraflores han apelado a un sinfín de tretas para intentar enlodar la más que probable extradición de Saab a Estados Unidos.
Desde múltiples apelaciones en tribunales internacionales hasta la más reciente campaña mediática para exhibir una supuesta faceta de “héroe humanitario” ante las sanciones de la comunidad internacional contra el chavismo. Sin embargo, las jugadas de Maduro y compañía, como es costumbre, dejar expuestas sus costuras.
Si no es por el estéril cambio de la detención preventiva en una cárcel africana al régimen domiciliario, es por las confesiones de un claro ilícito, al endosarle a Saab la condición de “embajador plenipotenciario” y de contratista en el negocio turbio de las cajas Clap. Aunque, lamentablemente, pagar y dar el vuelto ya suele ser muy común en los casos de corrupción que se acostumbran en Venezuela.
Este sábado 20 de febrero no fue la excepción. Al concierto #FreeAlexSaab le faltó algo crucial: ocultar ante las cámaras que el supuesto apoyo popular hacia el empresario extranjero en realidad es prestado, muy lógico tomando en cuenta que hasta hace poco se trataba de una figura que el chavismo incluso negaba.
En las gráficas tomadas audazmente por la agencia española EFE, quedaron retratados los típicos autobuses Yutong para movilizar a los perezosos manifestantes, de tapabocas caídos, y el irónico pago que recibieron: bolsas con productos Clap de mala calidad.
Quizás, en el fondo, se trate de un buen botín para la ignorancia y el conformismo, vulnerables al control social que aplica el Palacio de Miraflores.