La reciente llegada del vehículo espacial Perseverance a Marte, cuya misión consiste en hallar rastros de vida extraterrestre, atrajo todas las miradas de los interesados en los secretos de los cuerpos celestes. Sin embargo, otros rovers ya habían logrado el hito de dejar su huella sobre el planeta rojo.
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El ya lejano 3 de enero de 2004, el Spirit (cuya designación oficial es MER-A, Mars Exploration Rover – A) se instaló sobre la superficie del vecino planeta con la misión de estudiar de cerca sus condiciones ambientales.
El 24 de enero del mismo año fue secundado por su gemelo Opportunity. Por su parte, el Spirit se mantuvo operativo hasta marzo de 2010, cuando cesaron sus comunicaciones con los especialistas de la Nasa en la Tierra.
Entre los diversos logros de la misión del Spirit se cuentan tres, cruciales para que hoy en día el Perseverance se pasee también sobre el suelo marciano.
En primer lugar, el Spirit documentó la evidencia de antiguos manantiales en ebullición, especialmente el descubrimiento de depósitos de silicio amorfo.
Además, el rover registró evidencia de una atmósfera densa y de agua dulce en marte, otros aspecto de amplio interés porque reuniría alguna de las condiciones para la existencia de vida.
Finalmente, Spirit también logró determinar la existencia de un inesperado un ciclo activo de agua en Marte, debido a que halló sulfatos que parecían haber tenido contacto con agua “quizás hace apenas un millón de años”.
Desde su retiro, la misión Spirit es catalogada como una de las más exitosas de la Nasa.
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