Única hija del presidente Cipriano Castro. Participó en unas 16 películas. Visitó por última vez Venezuela en 1934 y falleció a los 102 años
Rosa Castro Martínez llegó algo ajetreada a la audición ante las cámaras, donde antes que ella había unas treinta chicas que hacían una larga fila en las afueras de un teatro en Broadway. Tenía apenas 18 años, pero estaba decidida a incursionar en su sueño de ser actriz y su temperamento la haría triunfar.
Esa tarde fría de otoño de 1924, Ralph Ince, un afamado director de cine estadounidense, quedaría sorprendido por la versatilidad de aquella hermosa dama, por lo que sin vacilar la seleccionó, convirtiéndose en una legendaria protagonista de la industria fílmica norteamericana y la primera actriz venezolana en debutar en la pantalla grande de Hollywood.
A petición del propio director Ince, Rosa adoptó el nombre de Lucille o Lucilla, por ser artístico, además era el nombre de su anterior esposa. Pero no pasará mucho tiempo cuando Rosa conquistará la atención absoluta de Ralph, con quien se casó el 7 de julio de 1926. Desde entonces será conocida por Lucille Méndez en sus actuaciones en inglés y Rosa Castro en español.
De Caracas a un convento neoyorquino
En 1899 Cipriano Castro, natural de Capacho, estado Táchira, se convirtió en jefe de estado tras el triunfo de la Revolución Liberal Restauradora hasta diciembre de 1908. Casado con Zoila Rosa Martínez en San Cristóbal en octubre de 1886. El acto de matrimonio constata que la dama tenía 16 años, 10 años menos que el marido. De esta unión nació en Caracas, Rosa Castro Martínez, el 31 de enero de 1906.
Dos años después, Cipriano Castro enfermó y tras algunos consejos decidió irse a Alemania para someterse a una cirugía, dejando encargado la dirección de la República a su compadre Juan Vicente Gómez, quien ejercía la vicepresidencia, y que solo esperará 24 días, para tomar el poder con apoyo del Congreso Nacional, el 19 de diciembre de 1908.
Doña Zoila acompañó a su esposo a Alemania, donde se sobrepuso con éxito de la operación. Mientras tanto la pequeña Rosa permaneció en Caracas, al cuidado de unos familiares.
Por esos días, Gómez, como nuevo presidente de República exhortó al Congreso se hiciera justicia y ordenó se abriera un juicio a Castro y a sus partidarios por intento de asesinarlo, lo que nunca pudo probarse. Otra de las medidas fue la detención inmediata del imputado si intentara regresar al país.
Desesperado por la ausencia de la niña Rosa, el cabito envió a su esposa a La Guaira, con instrucciones precisas de «hablar con el general Gómez, atender su casa y otros asuntos particulares».
Otros historiadores aseguran que, en La Guaira, los esbirros de Gómez tomaron todas las previsiones para que doña Zoila no bajara a tierra. Fue interrogada e informada que “tenía prohibido bajar del barco”.
Ya en su casa, doña Zoila, observando de cerca los acontecimientos políticos, toma la determinación de salir al exilio con su hija Rosa, ya con 7 años, y en La Guaira juntas abordan un vapor que las conducirá a Nueva York, Estados Unidos, con la finalidad de internar a la niña en el Convento de San Luis, donde completará estudios de educación primaria y secundaria.
A pesar de la severidad que implicaba para la época la formación en instituciones religiosas, las monjas no pudieron evitar el efervescente deseo de Rosa por el baile, el canto, la actuación y el teatro, aptitudes que determinarán su vida.
Protagonista en Hollywood
Con el auspicio de su esposo, Rosa protagonizaría una serie de películas: The House of Youth (1924), dirigida por Ralph Ince; Bigger Than Barnum’s (1926), del director Ralph Ince, donde fue una de las protagonistas junto a Ralph Lewis, George O’Hara, Robert Blandim, Viola Dana, y Ralph Ince; Coney Island (1928), del director Ralph Ince, protagonizada por ella junto a Lois Wilson, Joan Wellman, y Eugene Strong.
Sin embargo, pronto Rosa tropezará con la oposición amarga de su esposo al no permitirle aceptar importantes ofertas de trabajo con otras firmas, lo que conllevó a una ruptura en la relación y el posterior divorcio que se hace efectivo el 2 de abril de 1932.
Se marchó a México para trabajar en varias películas tras una apetecible propuesta, grabando los filmes Santa (1932), del director español Antonio Moreno (1887-1967), protagonizada por la actriz mexicana Lupita Tovar (1910-2016) y el actor mexicano Carlos Orellana (1900-60).
Recorrió gran parte de la América con su nueva propuesta de trabajo, y visitó por varias semanas a su madre en Venezuela en 1934, luego partió para jamás volver. De allí viajó a París y pasó a Londres, para regresar poco después a México.
Protagonizó y actuó en El Escándalo (1934), Pecados de amor (1934), El vuelo de la muerte (1934), Convention Girl (1935), Bajo el cielo de México (1937), Viejo nido (1944), La señora de enfrente (1945), La trepadora (1944), El que murió de amor (1945), La mulata de Córdoba (1945), Vértigo (1946), Más allá del amor (1946), entre otras películas que sumaron unas 16.
La famosa actriz venezolana Rosa Castro Martínez, se arraigó en San Diego, California, Estados Unidos, en donde vivió hasta su hora final ocurrida el 24 de mayo de 2008. Tenía 102 años y mil recuerdos lúcidos que relataba con inusitado carisma a quienes la visitaban.