El ministro de Salud de Ecuador, Juan Carlos Zevallos, presentó su renuncia al cargo, dijo el viernes el presidente Lenín Moreno, en medio de duras críticas y denuncias de sobre el manejo del plan piloto de vacunación que aplica el gobierno desde enero.
Zevallos, quien fue designado como ministro de Salud en marzo del 2020, enfrenta una investigación de la Fiscalía de Ecuador por el presunto delito de tráfico de influencias en el proceso de vacunación y la Asamblea Nacional tramita dos pedidos de juicio político contra el funcionario.
“Dada la situación política actual, y con el fin de posibilitar la continuidad del Plan Nacional de Vacunación, presentó a Usted, señor Presidente, la renuncia irrevocable a las funciones de Ministro de Salud”, dijo Zevallos en su carta de renuncia publicada por el presidente Moreno en su cuenta de Twitter.
Los legisladores habían pedido al mandatario en enero que destituya al ministro por “un mal manejo de la pandemia y un deficiente proceso de vacunación”, en medio de denuncias de que habría participado en la inoculación en un centro de ancianos privado, en donde residía su madre.
Posteriormente, los rectores de universidades del país se negaron a aceptar una invitación que les habría hecho Zevallos para recibir la vacuna en la primera fase del procedimiento.
Ecuador implementa desde enero un plan piloto de vacunación con dosis adquiridas a la farmacéutica estadounidense Pfizer para inocular a personal médico y ancianos en asilos.
“Hay quienes solo ven errores. Respeto esa opinión. Yo prefiero recordar al ministro que aceptó la difícil tarea de conducir la salud del país en la peor crisis sanitaria que vive Ecuador y el mundo”, dijo Moreno en su cuenta de Twitter.
Zevallos explicó el jueves que había alcanzado un acuerdo con el laboratorio chino Sinovac para la entrega de 2 millones de dosis de vacunas, con lo que el gobierno espera subir a 20 millones de dosis su compra total.
Ecuador enfrentó el año pasado uno de los peores brotes de coronavirus en la región cuando colapsaron hospitales y morgues en la ciudad de Guayaquil.
Reuters