El Juventus firmó este martes una nueva “debacle” en la Liga de Campeones, al caer en los octavos de final por el Oporto, después de las eliminaciones del año pasado en la misma ronda contra el Lyon y de 2018, en cuartos de final contra el Ajax, un destino que no cambió cuando Cristiano Ronaldo marcó ni cuando, como ante el cuadro portugués, se atascó.
La Liga de Campeones sigue siendo la obsesión y la pesadilla de un Juventus que no gana esta competición desde 1996 y en la que perdió siete finales a lo largo de su historia, dos de ellas en los últimos seis años, contra el Barcelona en 2015 y el Real Madrid en 2017.
El conjunto turinés tocó fondo este martes al rendirse frente a un Oporto que jugó con diez hombres durante cuarenta minutos de la segunda mitad y más de media hora en la prórroga.
Los de Andrea Pirlo, que habían perdido 1-2 la ida en Portugal, iban ganando 2-1 a la hora de partido y solo necesitaban una diana para avanzar. Sin embargo, el Oporto logró aguantar, liderado por un monumental Pepe, y prolongó la pesadilla sin fin del Juventus en este torneo.
Si en las últimas dos eliminaciones Cristiano Ronaldo había hecho todo lo posible para darle a su equipo el pase de ronda, con dos goles al Ajax y otros dos al Lyon, este martes el luso no logró ser decisivo.
Por primera vez en quince años, CR7 se despide de la Liga de Campeones sin poder marcar en la fase de eliminación directa, precisamente su hábitat favorito, donde forjó una leyenda imborrable con la camiseta del Real Madrid, con el que fue cuatro veces rey de Europa, y con la del Manchester United, con el que fue campeón den 2008.
Grandes prestaciones generan grandes expectativas y grandes críticas. Cristiano ha recibido unos duros ataques por su actuación de este martes, en particular por haber cometido un grave error en la barrera ante la falta directa que, marcada por el portugués Sergio Oliveira, dio el pase de ronda al Oporto.
“Es imperdonable”, “los que tiene miedo al balón no pueden estar en la barrera”, consideró Fabio Capello, exentrenador de Juventus o Real Madrid y actual comentarista en la televisión italiana, al analizar la acción fatal para el Juventus.
El luso no habló al acabar el partido en la televisión italiana. Lo hicieron el colombiano Juan Guillermo Cuadrado, Federico Chiesa y el holandés Matthijs De Ligt.
En Italia se especula además sobre el futuro de Cristiano, que tiene contrato con el Juventus hasta 2022, pero que podría decidir separarse del cuadro turinés con antelación.
Y es que el Juventus tomó una decisión arriesgada en 2018, cuando despidió al técnico Massimiliano Allegri, cinco veces consecutivas campeón de Italia, cuatro veces campeón de la Copa Italia y dos veces finalista de la Liga de Campeones, para apostar por un juego “más espectacular y ofensivo”.
Fichó a Maurizio Sarri, quien ganó el título liguero, pero cayó en octavos contra el Lyon, y tras despedirle en el verano de 2020, contrató a Pirlo, en su primera experiencia absoluta en el banquillo.
Una apuesta ambiciosa, de coraje, pero muy arriesgada y que, hasta este momento, no ha dado los resultados anhelados.
El título del Juventus en la Bolsa milanesa abrió este miércoles con pérdidas superiores al 6,5% y la fase final de la temporada se presenta complicada. El equipo de Pirlo está actualmente a diez puntos del líder Inter de Milán, aunque con un partido menos, y ve seriamente temblar su cetro de campeón de Italia.
El club confirmó recientemente unas pérdidas de 113 millones de euros en el semestre entre el 1 de julio y el 31 de diciembre de 2020, una cantidad notablemente superior a los 50,3 millones registrados en el mismo período del año anterior.
El Juventus, que siempre publica los datos referidos a sus cuentas al cotizar en la Bolsa de valores de Milán, sufrió una reducción de su patrimonio neto de los 239 millones de euros del 30 de junio de 2020 a 125 millones de euros, según se lee en el comunicado oficial.
Todo ello, unido a los resultados deportivos negativos, podría generar, según los medios italianos, una revolución en el Juventus en los próximos meses, en el intento de abrir un nuevo ciclo ganador, siempre con la espina clavada de una Liga de Campeones que sigue siendo “inalcanzable”.
EFE.