Antonio Ledezma: Quienes pactan con el diablo terminan achicharrados en pailas del infierno

Antonio Ledezma: Quienes pactan con el diablo terminan achicharrados en pailas del infierno

El exalcalde de Caracas y uno de los mayores críticos de Nicolás Maduro, Antonio Ledezma. EFE/ Ángel Díaz.

 

Para el alcalde metropolitano de Caracas en el exilio, Antonio Ledezma, los pactos con las tiranías son similares a los pactos con el diablo y quienes lo hacen terminan achicharrados en las pailas del infierno. Considera que en la crisis que padecen los venezolanos no se trata de negociar para sobrevivir sino para salir de cuajo de ese maleficio y que no se pisen mas “conchitas de mango” como los que dieron lugar a los resbalones del dialogo de Noruega y Barbados.

La información la da a conocer a través de su artículo de opinión publicado este domingo en diferentes medios de comunicación, agregando que no se debe confundir a los aliados internacionales y a ciudadanos venezolanos diciendo que Maduro es ilegitimo, usurpador, criminal de lesa humanidad, aliado de las transnacionales del narcotráfico y del terrorismo y a la vez participar en diálogos sin condiciones y en elecciones fraudulentas. “Así es muy difícil lograr la libertad”, precisa. En ese sentido propone que los liderazgos tengan absolutamente claro cuáles deben ser los objetivos, que no pueden ser unas gobernaciones y unas alcaldías, tampoco negociar el futuro del país a cambio de remediar unos problemas que atañen al manejo de los aparatos partidistas.





Igualmente considera que no se trata de negociar para sobrevivir sino para salir de cuajo de ese maleficio, por lo que considera que no se debe cohabitar con la narcotiranía y tampoco doblegarse ante sus ofertas indecorosas. Cree poco saludable para la lucha depender de una conducción SECTARIA Y fallida. Como tampoco debe tolerarse el doble juego descarado de Individuos que en misión de infiltrados le soplan la estrategia al régimen.

Para Ledezma no se debe seguir modificando la estrategia que se concibe para una coyuntura específica porque terminan sacándole las castañas del fuego a Maduro y sus cómplices. También reprocha que haya doble agenda, una secreta y otra que se publica simplemente como ardid de divertimento. “No seguir clamando sanciones y por detrás andan algunos lobistas procurando que las mismas se levanten porque están más preocupados por defender los derechos humanos de los victimarios que los derechos humanos de las víctimas”. Igualmente considera “entender que así como desunidos no podemos, tampoco solos lograremos librarnos de ese cruel conglomerado delincuencial”, precisa.

Con relación a la intervención humanitaria internacional, considera que esta no se reduce a que entren Los Marines por La Guaira, sino que está la necesidad de afinar un plan que incluya mas presión con el bloqueo antinarcóticos, la captura selectiva de capos y terroristas, incautación de caudales y limitar el desplazamiento de sus operadores financieros, persuadir a los representantes de gobiernos indiferentes o indecisos ante el calvario que sufre Venezuela, presentando ante los escenarios globales, insistentemente la verdad de los crímenes de lesa humanidad que se verifican en nuestro país.

También considera importante incorporar a gente valiosa que puede hacer un buen trabajo en la ONU, en la OEA y en la Unión Europea. Retomar el papel del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, canalizar la fortaleza de la diáspora, incluido los miles de efectivos militares en el destierro. Y mientras tanto adentro, Juan Guaidó debería darle “el palo a la lampara” decretando que no pueden celebrarse elecciones regionales, aclarar que no encaja hablar de celebrar referéndum revocatorio porque Maduro no es presidente.

Para finalizar el alcalde Ledezma afirma tajantemente que no se puede ser tan iluso para creer que habrá una “reconversión económica” en un país controlado por narcos, guerrilleros, terroristas, pranes, megabandas asociadas con funcionarios podridos, desde todo punto de vista, que hacen de las estructuras gubernamentales un sanguinario aparato de guerra, sentenció.