El doble discurso de ser venezolano, por @ArmandoMartini

El doble discurso de ser venezolano, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

Cuestión histórica, de cómo nos educan y cuentan la historia. Quizás el principal marcador haya sido Francisco Fajardo, unión poco santa en 1528, Isla de Margarita, hijo del conquistador español y la cacica isleña Isabel, prima hermana del cacique Naiguatá, etnia guaiqueri y nieta de Charaíma. Apasionado romance en pleno trópico caribeño, se enamoraron y trajeron al mundo al primer mestizo venezolano. O la permanente discusión sobre si El Libertador Simón Bolívar se apresuró, quizás se asustó y entregó a Sebastián Francisco de Miranda, conocido como ‘El Primer Venezolano Universal’, partícipe de la Independencia de Estados Unidos, de la Revolución Francesa y de la venezolana. Seductor de elegantes damas europeas, político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo considerado Precursor de la Emancipación Americana contra el Imperio español; murió olvidado en la prisión andaluza de La Carraca, y años antes, harto del desorden venezolano, exclamó aquello que en mucho nos define, “¡bochinche, bochinche!”.

Politiqueros y políticos, con calculo interesado y conveniente, exaltan la ferocidad e injusticia de la tiranía violadora de los Derechos Humanos, torpe, abusadora, corrupta, pero que nada hablan de los deberes que implica ser libres y demócratas. Vuelven a prometer darán a su pueblo bienestar, libertad, siempre y cuando, alguien derroque al opresor que reprime mientras encadenan voluntades de sus leales con cargos, complacencias, negocios y tolerancia impune con la rapacería inmisericorde.

Se relata la buena educación que recibió Simón Bolívar a pesar de pasarse la vida, al menos hasta el fallecimiento de la mujer de la cual se enamoró, desobedeciendo a quienes debía obedecer y amargándole la vida a quienes debía alegrárselas, muchacho rico, pudiente, malcriado y consentido a quien la muerte transformó en héroe y caudillo de libertad.





Parecen los historiados regocijarse en que José Antonio Páez era rubio, víctima de abusos; su predecesor Boves pelirrojo, mártir de injusticias, poco se detienen los cronistas en señalar que los llaneros, no tenían que perder aparte de sus pantalones; y en oportunidades sucesivas se sometieron al caudillismo de jefes crueles, rencorosos. José Tomás Millán de Boves, conocido como el León de los Llanos, el Urogallo, la Bestia a caballo o simplemente Taita, que a lo largo de su breve pero notoria carrera militar, se transformó en un auténtico caudillo popular. Valiéndose de los resentimientos sociales de las clases más bajas contra los abusos y explotación de que eran objeto por la aristocracia criolla, desencadenado una feroz ofensiva contra los ejércitos independentistas. Muriendo en su ley de un acertado lanzazo al mando de los realistas en la decisiva batalla de Urica. Y después, José Antonio Páez Herrera, prócer de la independencia que, en 1826, lideró el movimiento separatista conocido como La Cosiata, el cual separó a Venezuela de la Gran Colombia, convirtiéndose en república autónoma; con tiempo de aprender y transformarse en hombre ilustrado.

Manuel Piar desobedeció, se le insolentó a Bolívar y era negrito, Arismendi desentonó y era aristócrata, Sucre, oligarca que no quiso faltar e insolentársele a Bolívar, hubo que matarlo. Venezuela es tierra de héroes que se deja dirigir por carujos pistola en mano, amantes del amor y necesidad de sentirse amados, admirados, encantadores seductores, desleales e inestables.

La inmigración de europeos que buscaban tierra propia y entorno de libertad nos produjeron sabios como Agustín Codazzi, militar, viajero incansable y “geógrafo de corazón”, así lo define la historia venezolana y colombiana. En 1819 conoce en Bogotá, al líder de la independencia latinoamericana, Simón Bolívar y debido a su convicción republicana desempeña diversos cargos militares en Venezuela. Tras la disolución de la Gran Colombia, Páez, le encomienda el levantamiento de un mapa de Venezuela, no solo datos geográficos, sino físicos y estadísticos de cada región. Y a grandes líderes sólidamente formados, dispuestos al sacrificio, pero también a dar el ejemplo, como Rómulo Betancourt.

Dios y la naturaleza proveyó riquezas para descubrir, desenterrar, cultivarlas, prosperar, y hemos hecho lo posible por disfrutarlas con el menor esfuerzo posible, y de veinte años para acá por destruirlas, regalarlas, dejar que bandidos y ladrones se queden con ellas. El esfuerzo, capacitación de obreros, técnicos, profesionales petroleros, reconducido para cancelar deudas adquiridas, patrocinios, complicidades, beneficios de un puñado de perjuros traidores, sinvergüenzas embelesados de blindarse protegidos.

Muchos han sabido escapar de la pobreza extrema, convertirse en empresarios generadores de buenos servicios y empleos dignos. Sin embargo, en paralelo existen demasiados que quieren adueñarse sin trabajo honesto, constancia y esfuerzo del patrimonio y riqueza. Dos venezolanos diferentes conviviendo en la misma tragedia, desventura y maldición.

No es fácil ser digno, decente, honorable, que los hay y muchos, pero nos dejamos guiar por locuaces, picaros, charlatanes, pillos y bribones.

@ArmandoMartini