El líder opositor ruso, Alexéi Navalny, sufre una hernia doble y una protusión discal, según desveló un examen médico que se le realizó en la prisión en la que cumple su condena, informó hoy uno de sus abogados.
“El diagnóstico que le comunicaron tras la resonancia magnética es una hernia doble y una protusión discal”, dijo su abogado, Vadim Kobzev, a la prensa local.
Kobzev, que visitó hoy a su cliente entre rejas, agregó que, si antes había perdido sensibilidad en ambas piernas, ahora le ocurre lo mismo con las manos, además de que “siente dolor al andar”.
Además, sigue teniendo fiebre, aunque ha pasado de los 39 grados de hace dos días a poco más de 37 grados hoy, miércoles.
Los abogados afirmaron tras consultar con un especialista que la medicación que le han recetado en la enfermería de la prisión donde se encuentra ingresado “no sólo no es eficaz, sino que puede empeorar su estado”.
“Un factor muy alarmante es que la enfermedad están claramente avanzando (…) Alexéi continúa la huelga de hambre. Pierde un kilo de peso diariamente. Todo lo que hace ahora la administración de la prisión es intentar convencerlo para que renuncie”, agregó en la cuenta de Twitter del opositor.
Navalny se declaró la pasada semana en huelga de hambre para protestar contra la negativa de los servicios penitenciarios a permitirle ser examinado por un médico independiente de los dolores de espalda que sufría.
Esta semana fue trasladado a la enfermería tras detectarle síntomas de una enfermedad respiratoria, aunque él se niega a ser tratado por un médico del centro penitenciario número dos de la región de Vladímir, a unos 100 kilómetros al este de Moscú, en el que le encerraron el 11 de marzo pasado.
Sus aliados, que intentaron acceder ayer en compañía de varios sanitarios a la prisión para examinarle, sospechaban que había contraído el coronavirus, pero la primera prueba de covid-19 que le realizaron dio negativo, según confirmó hoy su abogada, Olga Mijáilova.
Amnistía Internacional denunció que las autoridades rusas están sometiendo al político a “una muerte lenta” y su secretaria general, Agnes Callamard, se dirigió al presidente ruso, Vladímir Putin, al que exigió que Navalny sea tratado por sus médicos de confianza.
El líder opositor, que ya estuvo en coma en agosto de 2020 tras ser envenenado con un agente químico, ha acusado al presidente ruso de haber ordenado su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
EFE