Cambiar la política hacia Cuba no es una prioridad para Biden

Cambiar la política hacia Cuba no es una prioridad para Biden

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, hablando en una conferencia de prensa. Foto de Alex Wong / Getty Images

 

 

Cambiar la política hacia Cuba no es una prioridad para el presidente estadounidense, Joe Biden, a pesar de que su predecesor, Donald Trump, impulsó numerosas medidas para dar marcha atrás al “deshielo” con la isla y que golpearon duramente la economía cubana.

Así lo aseguró este viernes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, al ser preguntada durante su rueda de prensa diaria por el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en el que se espera la despedida política del primer secretario de la formación, Raúl Castro.

La portavoz no hizo comentarios sobre ese congreso o sobre Castro, pero sí afirmó que “un cambio en la política hacia Cuba o la toma de medidas adicionales no está ahora mismo entre las principales prioridades de la política exterior del presidente” Biden.

Un alto cargo del Gobierno de Biden, que pidió el anonimato, confirmó después a Efe que Biden no considera a Cuba una prioridad, pero sí quiere “hacer de los derechos humanos un pilar fundamental de su política exterior”, lo que incluye “redoblar” la atención al tema en todo el continente americano.

La fuente matizó que la Casa Blanca sí está comprometida a “revisar las políticas que se decidieron en la anterior Administración, incluida la decisión de designar a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo”.

Apenas nueve días antes del fin de su mandato, el Gobierno de Trump tomó la decisión de devolver a Cuba a ese listado, del que salió en 2015 con el Gobierno de Barack Obama (2009-2017), durante el “deshielo” de la relación bilateral.

La inclusión en esa lista negra de terrorismo implica trabas al comercio y más sanciones, aunque sobre Cuba ya pesaban todas esas restricciones antes de formar parte de ella, debido al embargo

A lo largo de sus cuatro años en el poder, Trump impuso numerosas sanciones a sectores estratégicos de Cuba que deterioraron la ya maltrecha economía cubana, inmersa en su peor crisis en tres décadas.

EFE

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