Héctor Cárdenas pasó más tiempo buscando hospitalización que agonizando. Tras un fin de semana con síntomas y comprar por 20 dólares un oxímetro, se dirigió hacia un centro médico cuando la saturación de oxígeno le bajó a 90 por ciento. A sus 67 años, jubilado de toda una vida como educador universitario, Héctor solo podía apelar al precario sistema público.
POR: SEMANA
Subió al vehículo de un vecino y pasó por uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco hospitales. No era atendido. “No hay capacidad”, “No hay camas”, “Estamos abarrotados”, escuchó una y otra vez. De dar tantas vueltas, sus hijas –ambas migrantes en Chile– comenzaron a temer un desenlace fatal, a la distancia.
“Pensé que mi papá se iba a morir en ese carro”, dice Gabriela. Finalmente, en el hospital de Lídice el hombre pudo recibir oxígeno, pero no tuvo tratamiento ni ingreso. Pasó la noche en casa y al día siguiente volvió al “ruleteo”.
En la mañana pisó el sexto, El Llanito, al este de Caracas, donde un amigo de un amigo le consiguió una cama. Esperó durante varias horas ser atendido, sin oxígeno. Cuando finalmente fue internado, murió a las tres horas. En Venezuela la situación colapsó.
La organización Monitor Salud registra que 92 % de los equipos de imágenes de los hospitales del país no funcionan, 96 por ciento de las ambulancias no operan. El 80 % de los laboratorios no pueden despachar correctamente. Y más de 60 por ciento presenta fallas hasta de agua y jabón para lavarse las manos.
El régimen de Nicolás Maduro no especifica la cantidad de personas hospitalizadas. Según las cifras oficiales, más de 15.000 casos están activos. En todo el país hay unas 12.000 camas –no todas se usan para pacientes de covid-19–; apenas hay 160 camas de unidades de cuidados intensivos (uci) y tan solo 141 ventiladores mecánicos.
Así lo indican los informes de Monitor Salud con base en reportes de médicos de 80 hospitales del país. El estándar de la Organización Mundial de la Salud indica que Venezuela tenga 1.200 camas de uci, pero no llegan ni al 2 por ciento. En marzo de 2020, el entonces ministro de Información, Jorge Rodríguez, cuantificaba en 24.000 las camas disponibles y en más de 4.000 las de uci.
Lee la nota completa en SEMANA