En el barrio pobre de San Blas de Petare, una de las zonas con mayor criminalidad de Caracas, jóvenes se reúnen cada sábado para componer letras que describan sus realidades.
Por Adriana Núñez Rabascall / vozdeamerica.com
A través del rap, jóvenes de uno de los barrios pobres más peligrosos de Venezuela buscan contar sus historias personales y romper el estigma que los vincula con la violencia.
“Son ustedes bienvenidos a San Blas, esto no es un barrio, no es una utopía, esto realmente es ciudad…”
Cada sábado por la mañana, una veintena de jóvenes improvisa en la terraza de una humilde casa, en Caracas, un aula para recibir clases de narrativa y guión, a fin de componer temas que retraten sus preocupaciones y vivencias.
“A veces no tenemos ni para la arepa, pero no importa, eso es hermandad”.
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