La baja saturación de oxígeno en sangre y la frecuencia respiratoria por encima de lo normal, dos síntomas del Covid-19 que pueden controlarse en casa, se relacionan con un peor pronóstico de la enfermedad. Es la conclusión de un estudio sobre 1.095 pacientes hospitalizados por coronavirus que ha descubierto que estos dos signos de salud fácilmente medibles predicen claramente un mayor riesgo de mortalidad. Los resultados se publican en la revista «Influenza and Other Respiratory Virus».
Por abc.es
Esta recomendación no aparece actualmente en la guía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, donde se recomienda buscar atención médica cuando se experimenten síntomas evidentes como “dificultad para respirar” y “dolor o presión persistente en el pecho”. El problema, recuerdan los autores de la investigación, es que incluso cuando la respiración y el oxígeno en sangre han alzado niveles peligrosos, el paciente puede no darse cuenta.
«Inicialmente, la mayoría de los pacientes con Covid no tienen dificultad para respirar. Pueden tener una saturación de oxígeno bastante baja y aún estar asintomáticos», explica la cardióloga Nona Sotoodehnia, coautora principal del estudio. «Si los pacientes siguen la guía actual, es posible que no noten falta de aliento hasta que su oxígeno en sangre sea bastante bajo, por lo que estamos perdiendo la oportunidad de intervenir temprano con un tratamiento que salve vidas», concluye la doctora.
Los investigadores examinaron los casos de 1.095 pacientes de 18 años o más que fueron admitidos con Covid-19 en los hospitales de UW Medicine en Seattle o en el Rush University Medical Center en Chicago. El período del estudio fue del 1 de marzo al 8 de junio de 2020.
Si bien con frecuencia estos pacientes tenían hipoxemia (baja saturación de oxígeno en sangre: 91% o menos para este estudio) o taquipnea (respiración rápida y superficial: 23 respiraciones por minuto para este estudio), pocos reportaron sentir falta de aire o tos con independencia del oxígeno en sangre.
La medida principal del estudio fue la mortalidad hospitalaria por todas las causas. En total, 197 pacientes fallecieron en el hospital. En comparación con los ingresados con niveles de oxígeno en sangre normales, los pacientes hipoxémicos tenían un riesgo de mortalidad de 1,8 a 4,0 veces mayor. De manera similar, en comparación con las personas hospitalizadas con frecuencia respiratoria normal, aquellas con taquipnea tenían un riesgo de mortalidad de 1,9 a 3,2 veces mayor. Por el contrario, otros signos clínicos en el momento del ingreso, como la temperatura, la frecuencia cardíaca y la presión arterial no se asociaron con la mortalidad.
Casi todos los pacientes con hipoxemia y taquipnea necesitaron oxígeno suplementario, que, cuando se combina con glucocorticoides reductores de la inflamación, puede tratar eficazmente los casos agudos de Covid-19.
«Proporcionamos oxígeno suplementario a los pacientes para mantener la saturación de oxígeno en sangre del 92% al 96%. Es importante señalar que solo los pacientes que reciben oxígeno suplementario se benefician de los efectos de los glucocorticoides que salvan vidas», señala la doctora Sotoodehnia. «En promedio, nuestros pacientes hipoxémicos tenían una saturación de oxígeno del 91% cuando ingresaron al hospital, por lo que una gran cantidad de ellos ya estaba muy por debajo de donde habríamos administrado medidas para salvarles la vida. Para ellos, esa atención se retrasó», asegura.
«Recomendamos que los CDC y la Organización Mundial de la Salud consideren la posibilidad de reformular sus pautas para tener en cuenta esta población de personas asintomáticas que realmente merecen hospitalización y atención», apunta el doctor Neal Chatterjee de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, coautor principal del artículo junto a la doctora Sotoodehnia. Aunque en opinión de los investigadores, estos hallazgos tienen especial relevancia para los médicos de familia y los proveedores de atención virtual, que generalmente son los contactos clínicos de primera línea para las personas que han recibido un resultado positivo en la prueba de Covid-19 y desean monitorear síntomas significativos.
La doctora Sotoodehnia recomienda a los que hayan dado positivo en Covid-19, en particular a las personas con mayor riesgo de resultados adversos por ser de edad avanzada o tener obesidad, que consigan un pulsioxímetro para controlar en casa si el oxígeno en sangre baja del 92%. «Una medida aún más simple es la frecuencia respiratoria: cuántas respiraciones tomas en un minuto. Pídale a un amigo o familiar que lo controle y, si alcanza las 23 respiraciones por minuto, debe comunicarse con su médico», aconseja la doctora.