Por redes sociales una mujer denunció que mientras se dirigía a su casa en la localidad de Usme en el sur de Bogotá, una patrulla de la Policía la requirió y como portaba una mochila, los uniformados aseguraron que era manifestante y decidieron trasladarla a una estación en calidad de detenida. Dijo en su publicación que mientras estaba en la unidad policial fue víctima de abuso y agresiones de parte de los uniformados, el caso se viralizó y la Fiscalía arrancó con la investigación.
La mujer llegó hasta el hospital de Kennedy, en el sur de Bogotá y desde allí insistió en los abusos y agresiones de parte de la Policía, sin embargo, la investigación arrojó un resultado lamentable para la administración de justicia. Los médicos establecieron que las heridas que ella manifestó ocurrieron meses atrás y no encontraron, de manera preliminar, signos de abuso. Ese primer análisis médico levantó sospechas en los investigadores al punto de iniciar una reconstrucción de los hechos.
Dada la gravedad de la denuncia, el propio fiscal Francisco Barbosa ordenó priorizar la investigación. Diez funcionarios se encargaron de verificar minuto a minuto qué ocurrió y de qué forma la mujer fue víctima del abuso que dejó como responsables a policías. Las indagaciones arrancaron con interceptaciones telefónicas, declaraciones y los videos de seguridad que establecieron el recorrido de la mujer, mientras, según lo que ella había dicho, se dirigía a su casa.
El recorrido que quedó en video muestra cuando la mujer sale de un establecimiento nocturno, un bolirana en la misma localidad. De camino a su casa efectivamente se encuentra con una patrulla de la Policía y ocurre algo que cambió el rumbo de la investigación. Los uniformados siguen su ruta y la mujer hace lo mismo en dirección contraria, no la detienen e incluso logra llegar a su casa sin problemas.