Una mujer de Nueva Jersey presentó este martes una denuncia por “violación médica” contra el que fuera su ginecólogo, que hace 38 años le realizó un tratamiento de inseminación en el que este supuestamente utilizó su propio semen, en lugar del de un donante anónimo, situación que descubrió recientemente la hija de la demandante a través de una prueba de ADN.
“Estoy muy enfadada por el hecho de que alguien me haya violado de esa manera. ¿Cómo pude haber escogido a un médico tan criminal y tan inmoral?”, se preguntó este martes en una rueda de prensa la denunciante, Bianca Voss, de 75 años.
“Todo esto ha puesto patas arriba mi vida y la de mi familia, y me temo que el daño que está haciendo y las cicatrices emocionales que está creando tendrán un efecto duradero”, agregó Voss, que dijo que “este tipo de abusos son terribles”.
En la comparecencia, la mujer contó que a principios de los años 1980 decidió que quería ser madre. Su entonces pareja se había hecho una vasectomía, por lo que acudió a un especialista en fertilización que tenía un consultorio en el acaudalado Upper East Side de Manhattan.
El doctor, Martin Greenberg, le pidió un pago de 100 dólares para conseguir una muestra de semen de un donante anónimo. Luego, en su segunda visita médica, se llevó a cabo la técnica de fertilización que 9 meses más tarde resultó en el nacimiento de su hija, Roberta.
Casi 4 décadas después, Roberta decidió contratar los servicios de “23 and Me”, una de las empresas que ofrece un análisis de ADN a través del envío por correo de una pequeña muestra de saliva, y que revela un mapa genealógico con el que se puede saber la zona de origen de los antepasados.
Pero, en el caso de Roberta, la prueba arrojó mucha más información, ya que el doctor Greenberg también había utilizado el test de esa empresa, por lo que su perfil genético formaba parte de su base de datos.
“Inicialmente, me compré el kit de ’23 and Me’ porque quería saber más de mí misma y de mi familia. Y ahí, por escrito, se identificó al doctor Greenberg, que por lo visto había usado también ’23 and Me’, como mi padre”, explicó por su parte Roberta Voss, quien aseguró que en cuanto vio la foto del médico en las redes sociales reconoció un importante parecido físico con él.
“Es horrible mirarse al espejo y ver a la persona que violó a mi madre. Veo su cara cada vez que me miro”, dijo Roberta, que apuntó además que le perturba la idea de que “un violador médico” sea su padre y el “enorme engaño” por el que fue concebida.
La denuncia fue presentada en las cortes del Distrito Sur de Nueva York, el último de una serie de casos de “fraude de fertilidad” que gestiona la firma de abogados estadounidense Peiffer Wolf Carr Kane & Conway, que considera que se está viviendo una “epidemia” de este tipo de casos.
“Desafortunadamente, el caso de la familia Voss es uno de los miles que se han dado en EE.UU., donde se está produciendo una epidemia de casos de fraude de fertilidad”, explicó el abogado Joe Peiffer, que representa a la denunciante, y que señaló que por el momento se desconoce si esta es la única ocasión en la que Greenberg cometió este tipo de crimen.
“En nuestra experiencia, esto no es algo que un doctor hace solo una vez”, apuntó Peiffer tras subrayar que su bufete ha gestionado decenas de casos como este.
El letrado afirmó además que en 2019 Peiffer Wolf Carr Kane & Conway publicó un informe que concluye que la industria de la fertilidad en EE.UU. cuenta con “menos regulaciones que las barberías o los negocios de manicuras”.
Bianca Voss, por su parte, apuntó que con su denuncia espera ayudar a que este tipo de casos no sucedan de nuevo.
“Espero que esto tenga un efecto disuasorio para otros médicos que estén por ahí pensando que pueden salirse con la suya tras hacer cosas que no deberían, o doctores que piensan que se han salido con la suya. No lo harán. Este médico tiene ahora 80 años, y al final el tema lo ha alcanzado”, zanjó.
EFE