El buque tanque Berlina con bandera de Chipre se desplazaba a la deriva este año cerca de la isla caribeña de Dominica cuando la tecnología de rastreo mostró que se detuvo y en dos minutos giró 180 grados sobre sí mismo.
Por Joshua Goodman / apnews.com
Fue un giro sorprendentemente rápido, ya que el navío de 274 metros (casi 900 pies) de eslora necesita aproximadamente 10 veces esa cantidad de tiempo para efectuar una maniobra así.
E incluso más intrigante: aproximadamente al mismo tiempo en que el Berlina transmitía su ubicación en el mar, fue detectado físicamente cuando descargaba crudo en la cercana Venezuela a pesar de las sanciones de Estados Unidos a ese comercio.
Mientras tanto, otros nueve barcos, algunos de ellos vinculados con el mismo propietario del Berlina, radicado en Grecia, fueron monitoreados digitalmente moviéndose cerca de allí a una velocidad y dirección idénticas con cambios súbitos en la carga, lo cual indica que de alguna forma habían sido cargados totalmente de crudo aunque aparentemente estaban en el mar.
El trayecto imposible del Berlina podría representar la próxima frontera de cómo Estados rebeldes y los que les facilitan las cosas manipulan los sistemas de rastreo similares a un GPS para ocultar sus movimientos y a la vez evadir sanciones, dicen expertos marítimos.
En los últimos años, conforme Estados Unidos ha ampliado las sanciones económicas y la tecnología de rastreo ha sido utilizada más ampliamente, las compañías han adoptado diversas técnicas para evitar ser detectadas. La mayoría involucran buques que desaparecen de los sistemas de rastreo, al apagar su sistema automatizado obligatorio de identificación o al “suplantar” la identidad y la información de registro de otro buque, en ocasiones uno que ya está hundido o ha sido desguazado.
Windward, una agencia de inteligencia marítima cuya información es utilizada por Estados Unidos para investigar a los que violan sanciones, llevó a cabo una investigación detallada acerca del Berlina. Considera que los movimientos de ese barco y de los otros son uno de los primeros ejemplos de manipulación orquestada en la que los navíos desaparecieron por un período extendido mientras agentes afuera de los barcos utilizaban máquinas para ocultar sus actividades al aparentar que estaban transmitiendo sus ubicaciones normalmente.
Fuerzas armadas de todo el mundo han estado usando la misma tecnología electrónica de guerra durante décadas. Pero apenas ahora está apareciendo en la navegación comercial, con graves implicaciones para la seguridad nacional, ambiental y marítima.
“Creemos que esto se va a extender realmente rápido porque es muy eficiente y fácil”, dijo Matan Peled, confundador de Windward, en una entrevista. “Y no es sólo un desafío marítimo. ¿Imagine qué ocurriría si aviones pequeños comenzaran a adoptar esta técnica para ocultar sus ubicaciones verdaderas?”
Según un tratado marítimo de las Naciones Unidas, desde 2004 se requiere que los barcos de más de 300 toneladas utilicen el sistema automatizado de identificación para evitar colisiones y apoyar rescates en caso de un derrame o un accidente en el mar. Entrometerse con su uso es una infracción mayor que puede tener consecuencias para un barco y sus propietarios.
Pero el mecanismo de seguridad marítima también se ha convertido en un poderoso mecanismo para rastrear buques involucrados en actividades deshonestas como la pesca ilegal o el transporte de petróleo crudo sancionado a y desde sitios que enfrentan sanciones de Estados Unidos o de otros países como Venezuela, Irán y Corea del Norte.
En el juego del gato y el ratón que ha surgido, el advenimiento de fantasmas digitales que dejan rastros falsos podría darle ventaja a los que violan la ley, dijo Russ Dallen, que radica en Miami y es director de la correduría Caracas Capital Markets, la cual rastrea la actividad marítima cerca de Venezuela.
“Está bastante claro que los malos aprenderán de estos errores y la próxima vez dejarán un rastro digital que se asemeje más a lo real”, dijo Dallen. “La única forma de verificar su movimiento verdadero será obtener una vista física del barco, lo cual consume tiempo y es caro”.
El Berlina nunca reportó haber hecho una escala mientras flotaba en el Caribe. De todas formas, el 5 de marzo la carga indicada por su sistema de identificación pasó de 9 a 17 metros (30 a 60 pies), lo que deja entrever que fue cargado con petróleo.
¿Fue una manipulación del sistema o un desperfecto?
Aunque el viaje del Berlina sigue siendo hasta cierto punto un misterio, Vortexa, un rastreador de carga de energía con sede en Londres, determinó que el buque había recibido carga en Puerto José, Venezuela, el 2 de marzo y luego partió hacia Asia. Por separado, Windward también confirmó la entrega de crudo a través de dos fuentes.
Dos meses después, el 5 de mayo, el Berlina descargó su crudo en una transferencia de buque a buque a un barco de almacenamiento flotante, el CS Innovation, según Vortexa. El CS Innovation permanece frente a las costas de Malasia, donde se llevó a cabo la transferencia, y mientras tanto ha efectuado varias transferencias de buque a buque, lo que hace casi imposible determinar a dónde irá a parar el petróleo de Venezuela.
Para incrementar las sospechas, el Berlina y al menos cuatro de los otros nueve navíos involucrados en el viaje en el Caribe este año están relacionados con la misma compañía griega, según Windward. Y los 10 barcos cambiaron sus banderas — otra táctica común utilizada para dificultar el rastreo de barcos — a la de Chipre en los cuatro meses previos a la manipulación de los datos de rastreo de la flota.
La AP no pudo localizar ninguna información de contacto del administrador del Berlina ni de su propietario, los cuales se encuentran en el puerto de El Pireo, cerca de Atenas.
Peled dijo que las actividades del Berlina podrían no haber sido detectadas nunca de no ser por un aviso que recibió de una fuente externa que no quiso identificar.
Pero el conocimiento obtenido a partir de la investigación le ha permitido identificar otros ejemplos recientes de manipulación de la ubicación, incluyendo uno en enero en el que un barco que no identificó fue detectado cargando crudo iraní en la isla Kharg mientras transmitía que su ubicación estaba en otra parte del Golfo Pérsico.
Aunque el gobierno estadounidense tiene recursos adicionales para descubrir esas prácticas engañosas, hacerlo requerirá trabajo adicional.
“Deja entrever hasta dónde están dispuestos a llegar los maleantes para ocultar sus actividades”, djio Marshall Billingslea, secretario adjunto de financiamiento al terrorismo del Departamento del Tesoro durante el gobierno del expresidente Donald Trump y exsubsecretario de la Armada. “Es una tendencia preocupante, y dado el enorme volumen del tránsito marítimo, introducirá mucho más ruido al sistema”.