Los servicios de inteligencia turcos arrestaron en el extranjero y repatriaron a un sobrino del predicador Fethullah Gülen, archienemigo del presidente Recep Tayyip Erdogan, operación calificada como “secuestro” por allegados al opositor.
El sobrino del predicador, Selahaddin Gülen, fue llevado a Turquía por agentes de la Organización Nacional de Inteligencia (MIT) tras haberlo detenido en el extranjero, indicó la agencia estatal de prensa Anadolu, que no precisó en qué país se produjo el arresto.
Sin embargo, en un video publicado en redes sociales el 20 de mayo, la esposa del capturado afirmó que estaban viviendo en Kenia y que llevaba sin noticias de su marido desde el 3 de mayo. Selahaddin Gülen era profesor en una escuela de Nairobi.
Personas y medios vinculados al movimiento de Fethullah Gülen declararon en redes sociales que su sobrino había sido “secuestrado” en Kenia y lanzaron una campaña para exigir su liberación.
Las autoridades turcas acusan al detenido de pertenecer a la “organización terrorista Fetö”, un acrónimo que Ankara utiliza para referirse al movimiento del predicador.
En un fallo emitido el 6 de mayo y consultado por la AFP, un tribunal keniano prohibió el arresto de Selahaddin Gülen y su extradición a Turquía. En la decisión, ordenaba que se le devolviera su pasaporte para que pudiera volver a Estados Unidos, país desde el que llegó a Kenia en octubre de 2020.
El hombre, sobre el que pesaba una notificación roja de Interpol emitida a petición de Turquía, fue detenido a su llegada a Kenia el 17 de octubre de 2020, pero dos días después quedó en libertad bajo fianza, a la espera de que la justicia examinara su caso.
La AFP intentó, en vano, contactar con su abogado en Kenia este lunes.
Erdogan acusa a Fethullah Gülen de haber urdido un intento de golpe de Estado en julio de 2016, pero el predicador, que reside en Estados Unidos, afirma que dirige una red pacífica de oenegés y de empresas y niega cualquier implicación en la intentona golpista.
El golpe de Estado fallido dio lugar a unas purgas sin precedentes, con decenas de miles de arrestos y más de 140.000 empleados públicos destituidos o suspendidos de sus funciones.
AFP