En plenos cuarenta y cincuenta, el prejuicio fanático contra los y las homosexuales y bisexuales era terrible en California y el resto de Estados Unidos.
Por Clarín
La homosexualidad era considerada como una enfermedad mental y en las calles se hablaba del “Lavender Scare” (Terror lavanda o lila), una denominación que hacía referencia a la persecución que sufría la comunidad LGBT en aquella década.
Los seres terrenales no podían ser libres y tampoco las estrellas de Hollywood. Sin embargo, allí estaba Scotty Bowers.
Cupido en la estación
Mientras se desarrollaba la era dorada de Hollywood, existía entre las sombras de las estrellas un personaje de lo más cinematográfico.
Bowers, el individuo en cuestión, combatió en la Segunda Guerra Mundial y cuando terminó el conflicto bélico se mudó a Los Ángeles. Consiguió trabajo en una estación de servicio Richfield, en Hollywood Boulevard, y al poco tiempo encontró su vocación escondida: se convirtió en el organizador oficial de los encuentros sexuales clandestinos de los famosos.
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