En el hospital de Maturin mueren a diario más de 10 personas, es un viacrucis, un verdadero calvario el que vive la población monaguense cuando acude al hospital central Manuel Nuñez Tovar, la salud pública de la capital monaguense, pero irónicamente desde que se pone un pie en el centro hospitalario la realidad del usuario es que debe pagar, desde el camillero, hasta enfermeras y también a los familiares de empleados que comercian los pocos medicamentos que se encuentran, aunado a esto el lidiar con un centro de salud dónde no hay implementos, insumos, se supone que es salud pública, donde deben ser asistidos los mas necesitados, pero lejos de encontrar asistencia y solución su problema se agrava, no hay camas disponibles, escasean los medicamentos, el paciente tiene que comprar desde una simple gasa hasta una jeringa y pare de contar. Pero dentro de tanta adversidad siempre existen aquellos héroes vestidos de blancos, los médicos de verdadera vocación que con admirable heroicidad se enfrentan a una realidad terrible y hacen milagros para salvar vidas. Dan el todo por preservar lo que el Estado por omisión deja de cumplir aún cuando sus propias vidas están en riesgo ante la inminente pandemia.
No existe un plan de salud pública y en estos momentos de crisis y ante una pandemia, ni el mismo personal de salud es protegido y resguardado a esta fecha son muchos los médicos que no solo es que no están vacunados sino que simplemente no se les dota con los implementos de bioseguridad necesarios para su resguardo y esto para la Usurpadora Santaella, no es primordial.
Es de advertir que la buena voluntad no puede ser opcional, mucho menos en momentos como los que atraviesa la salud de la población, porque la salud es un derecho que le compete a ella garantizar, en sus hombros reposan las vidas que a diario se pierden por causa de un hospital desmantelado, dónde no hay medicinas, insumos, implementos para afrontar está terrible situación mucho más una pandemia como la que nos acecha. Y es la vida tanto de pacientes como de médicos y trabajadores de la salud que corren riesgo y se han perdido en esas instalaciones desprovistas y que terminan solo y únicamente siendo un edificio en ruinas.
Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales, y muy por el contrario de eso es el mismo estado que les merma la salud a los ciudadanos, que los desmejora, porque no es prioridad. Yo me preguntó por qué en lugar de estar pensando cambiarle el nombre a la Parroquia Los Godos, no estan pensando en planes de emergencia social y asistencia a la población, en dotar los centros de salud para que el ciudadano sea protegido en su derecho fundamental de la salud, que es un derecho autónomo e irrenunciable en lo individual y en lo colectivo que abarca el acceso a los servicios de salud de manera oportuna, eficaz y con calidad para la preservación, el mejoramiento y la promoción de la salud, o crear un plan de vacunación masiva en lo que a la pandemia se refiere, pero esto no ocurre en Maturín como tampoco en el resto del país y es fácil comprenderlo ya que un régimen genocida mal puede importarle la vida y seguridad de sus ciudadanos. Por estos actos inhumanos y omisión a sus deberes responderán, no es posible que existan recursos para otras cosas y no para lo que realmente debe ser prioridad, la vida y la salud pública son derechos fundamentales.La omisión al deber también es delito, la justicia llegará.