El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, reconoció este martes que las cifras de muertos por coronavirus en el país, que ya se acercan a los 11.000 desde el comienzo de la pandemia, son “una enorme carga”.
“Estamos (…) con muchas víctimas que nos duelen en el alma. Cada día, cuando aparecen cuántos mueren en nuestro país a causa del coronavirus para un presidente es una enorme carga”, dijo el mandatario durante la inauguración de un colegio en el departamento de Misiones (sur).
Abdo Benítez aseguró también que lleva “muchas noches sin dormir, preocupado por buscar vacunas” para continuar con el plan de inmunización contra el coronavirus.
Paraguay se confió, en un primer momento, de la entrega de vacunas por parte del mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al que le compró 4,3 millones de dosis, pero de las que solo ha recibido 304.800 vacunas.
Los retrasos en las entregas del Covax obligaron al país suramericano a buscar vacunas en el exterior, bien a través de compras o de donaciones.
La última donación llegó la madrugada de este lunes, con la entrega de 150.000 dosis de AstraZeneca de la cooperación de México, gracias a las que Paraguay puede seguir avanzando en su plan de vacunación, que se encuentra ahora dirigido a las personas de más de 55 años y a las embarazadas.
Ante esta situación, y la evolución de la pandemia, Abdo Benítez dijo que le ha tocado gobernar el país durante “los años más difíciles de la historia de la humanidad, después de la II Guerra Mundial”.
“En poco tiempo más, esta va a ser una pesadilla dolorosa en la que, una vez más, los paraguayos vamos a salir triunfantes”, aseguró el mandatario, del conservador Partido Colorado.
Paraguay atraviesa el punto más alto de la pandemia desde marzo de 2020, al acumular 393.482 contagios, 10.954 fallecidos y 327.670 recuperados, según el último reporte sanitario
El incremento de internados ha sobrepasado desde hace semanas la limitada capacidad del sistema de salud pública.
EFE