La pequeña élite paisa, que cada 15 días sale con sus Ferraris, Mustang y McLaren a rodar por Llano Grande (Antioquia), está desconcertada. Algunos no saben si el empresario Juan José Valencia Zuluaga, su coequipero y amigo, es un poderoso narcotraficante ‘invisible’, como lo señala la Fiscalía, o la víctima de un malentendido judicial, como sus allegados lo han hecho saber.
Por: El Tiempo
Con apenas 39 años, Valencia había logrado amasar una importante fortuna y fama. Andaba con un séquito de 15 escoltas, con armas cortas y de largo alcance, incluidas subametralladoras Colt calibre 9 mm.
Y en papeles le figuran desde inversiones en una lechería, una agrícola y una empresa de recolección de desechos hospitalarios hasta ambiciosos proyectos inmobiliarios, ligados a dos constructoras, incluida la exclusiva torre, con apartamentos de 380 metros cuadrados.
Pero, ahora, también le aparece un proceso por concierto para delinquir agravado, ligado al narcotráfico, que le costó la libertad el pasado 7 de mayo.
Ese viernes, mientras celebraba a lo grande el cumpleaños de dos familiares, fue capturado en su megahacienda en Rionegro, donde acostumbraba ir a rematar las jornadas con varios de los dueños de Ferraris, incluido un famoso cantante.
Ahora es señalado de tener una especie de doble vida y de ser, a la vez, el hombre de confianza y brazo financiero de ‘Otoniel’, jefe de la poderosa estructura mafiosa del ‘clan del Golfo’.
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