Tras la llegada al mundo de Lilibet Diana Mountbatten-Windsor, el pasado 4 de junio, el certificado de nacimiento de la hija de los duques de Sussex se dio a conocer.
Los documentos oficiales revelan que mientras Meghan Markle rechazó utilizar su título real en el formulario de inscripción, su marido, el príncipe Harry, sí utilizó el tratamiento de “Su Alteza Real”; a pesar de no poder utilizarlo de forma oficial por un acuerdo con Isabel II.
Una de las condiciones para que la monarca les diera el visto bueno para dejar de ser miembros de alto rango de la familia real británica es que no utilizaran el tratamiento de “His Royal Highness” (HRH o Su Alteza Real en español) en su vida pública.
El sitio TMZ publicó el acta emitida en el condado de Santa Bárbara, California, donde los duques residen con sus dos hijos. Mientras que la duquesa se identifica como Rachel Meghan Markle, renunciando por completo a su título real, Harry aparece como “El duque de Sussex, su Alteza Real”, a pesar de haber acordado no usar ese tratamiento tras el Megxit.
Aunque él habría roto el acuerdo con la reina, parece que Meghan sí lo cumplió.
Pese a su partida, Harry, de 36 años, todavía es reconocido como príncipe y no ha renunciado ni ha sido despojado del título, sino que simplemente acordó no usarlo.
Un portavoz del duque y la duquesa de Sussex aclaró por medio de comunicado de prensa que el título “Su Alteza Real” sigue siendo legalmente parte del nombre de Harry de Inglaterra, por lo que se le pidió que lo incluyera en el certificado de nacimiento de su hija.
De acuerdo al acta, la niña fue anotada el 9 de junio, cinco días después de su nacimiento.
Hace tan solo unas semanas, en una nueva exposición de moda real en el Palacio de Kensington, el nieto de Isabel II fue nombrado por error como “Su Alteza Real”. Esa designación luego fue cambiada y en la placa sólo aparecía como duque de Sussex. The Royal Collection Trust lo calificó como un “error administrativo”.
Cuando nació el primer hijo de la pareja, Archie Mountbatten-Windsor, en mayo de 2019, la ex actriz se identificó como “Rachel Meghan, Su Alteza Real, duquesa de Sussex”. Pero además, en aquella ocasión, su puesto de trabajo figuraba como “princesa del Reino Unido”.
A principios de este año, se vio inmersa en una polémica respecto a los datos que estaban en el certificado de su hijo. El diario The Sun publicó que los nombres Rachel Meghan ya no estaban en el documento y que en su lugar aparecía solo su título real. El cambio se hizo pocos meses antes de que los Sussex abandonaran la vida real y se mudaran a Los Ángeles.
Un portavoz de los duques Sussex negó en ese momento que la esposa del príncipe Harry haya estado detrás de estos hechos y responsabilizó al Palacio de Buckingham, en donde se acata la voluntad de la reina Isabel II, de haber borrado sus nombres.
“El cambio de nombre en los documentos públicos en 2019 fue dictado por el palacio (de Buckingham), según lo confirmado por documentos de altos funcionarios del palacio. Esto no fue solicitado por la duquesa de Sussex, ni por el duque de Sussex”, dijo el vocero.
El hijo menor del heredero al trono británico ya se encuentra en Londres para participar el 1 de julio en el homenaje que van a hacer a Lady Di. Junto a su hermano y algunos miembros de la familia Spencer, los príncipes inaugurarán una estatua en honor a su madre en los jardines del Palacio de Kensington, donde vivió Diana hasta su muerte en 1997.